Cuando Zinedine Zidane se despidió del Real Madrid que preside Florentino Pérez por segunda vez en su carrera como entrenador, muchas fueron las voces que clamaron al cielo; no porque no se esperarán que el francés saliera, algo que ya venía asomando constantemente con algunas señales, más bien por dejar el club en una incertidumbre total al no haber un sustituto claro en el banquillo. El mandatario blanco ya se olía la posibilidad de que el técnico galo se marchara terminada la temporada, incluso varios medios apuntaban a que él mismo pensaba en darle salida; así que no lo agarró tan de sorpresa como aquella vez en el 2018 que fue muy distinta a esta, pues en esa ocasión se marcho con una Champions League y esta vez sin ningún título. Las dudas recorrieron al conjunto merengue que una vez más quedó a la deriva; aunque no por mucho tiempo.
En esta oportunidad Florentino Pérez tenía algunos candidatos en mente para que tomaran el lugar del francés. Nombre como los de Massimiliano Allegri, Antonio Conte, Mauricio Pochettino, Raúl González o Xabi Alonso aparecieron en el radar del conjunto de la capital de España; sin embargo, mucho problemas surgieron con cada uno de ellos, pues a todos se les encontraba un inconveniente que les impedía asumir el cargo. Falta de experiencia con equipos de élite, ocupados en otros clubes, exigencias muy grandes o, lo que es clave, representaban un cambio muy pronunciado. Ante eso el nombre de Carlo Ancelotti apareció sobre la mesa y el consenso general fue muy positivo; por lo que en una negociación relámpago se trajo de vuelta al italiano. Aunque eso ha levantado suspicacias en buena parte de la afición que piensa que se perdió una oportunidad de oro para variar las cosas.
Florentino Pérez y el modelo de siempre
Lo cierto es que Florentino Pérez no fue ese presidente revolucionario y perspicaz al que todos están acostumbrados; porque pareciera que recae en el mismo error que acaba de cometer y además por partida doble. Primero al apostar por el retorno de Ancelotti luego que este tuviera una primera etapa de dos temporadas con cuatro títulos ganados, entre ellos la décima Copa de Europa en la historia del club; justo después de que acabara de salir de una experiencia no tan gratificante como lo fue la segunda etapa de Zidane. El francés se bañó de gloria en su primera época a cargo del Real Madrid, con esas tres Champions League consecutivas como parte de todos sus títulos; sin embargo, en esta segunda etapa siguió sin llevar a cabo esa renovación que prometió y durante la última campaña se despidió sin un solo título.
Las segundas partes nunca fueron buenas y el Madrid mucho menos; pero a pesar de eso Florentino Pérez recurrió al italiano, que ya tuvo paso por el club. A eso hay que sumar el otro error que le restriegan muchos aficionados: que continuara con el mismo modelo de Zidane. Al poner a Ancelotti a cargo, se nota que se continuará con ese estilo de complicidad entre técnico y jugadores, con mucho valor en la relación amistosa que se pueda generar entre ambas partes y con esa mano izquierda para saber llevar el vestuario. Claro que históricamente estos entrenadores son los que han funcionado en el Madrid, el mismo italiano y Zidane son prueba de ellos; en cambio otros del estilo de Benítez o Mourinho no han acabado tan bien. No obstante, la plantilla necesitaba un cambio radical y un hombre como Conte podría dárselo, pero se desechó esa posibilidad.
Un vestuario más que contento
Precisamente el mayor temor del vestuario está en que dentro del vestuario todavía a muchos jugadores que estuvieron a cargo de Ancelotti y por esa relación de complicidad, el italiano se verá en la misma negativa que tuvo Zidane y no le dará salida a varios de esos futbolistas que ya no valen para el Madrid. A un entrenador como Conte, que no se lleva mal con los jugadores y que los aprecia, pero no mantiene una relación tan cercano con ellos, se le hubiera hecho más fácil dejar salir a esos siete u ocho jugadores que deberían irse del conjunto merengue y recibir a los Kylian Mbappé, David Alaba y el resto de fichajes que pueda hacer Florentino Pérez para armar un nuevo equipo; además de que jóvenes como Odegaard o Brahim Díaz tendrían más oportunidades, pero con Ancelotti se teme lo contrario.
La reacción del vestuario al anunciarse el regreso del estratega italiano ha sido de alegría; porque los Isco, Marcelo, Bale o hasta Hazard, que se veían más fuera que dentro del Madrid, ahora piensan que podrán tener una oportunidad. De hecho el mismo Ancelotti dijo que le tenia un cariño especial a esos jugadores y aunque agregó que sería el campo quien haría de «juez», muchos madridistas ven que el mismo cariño que no dejó a Zidane renovar la plantilla aparecerá con el trasalpino. Con esa perspectiva por delante, muchos aficionados no se tomaron nada bien el regreso de Ancelotti y aunque con el correr de las horas poco a poco la ilusión ha crecido, pues su experiencia y sapiencia táctica le dan crédito, las dudas que genera son grandes. Ya los resultados dictarán sentencia y el italiano deberá luchar contra todas esas dudas que hay ahora.