- El complejo Gran Hotel Casino Extremadura (Badajoz) acoge el restaurante Mirador del Guadiana, con una carta diseñada por el chef Nazario Cano (una estrella Michelin y un Sol Repsol en Odiseo, Murcia): producto extremeño de cercanía y de máxima calidad en recetas tradicionales revestidas con su particular toque de autor.
- En el mismo edificio, ubicado a orillas del Guadiana y decorado por el arquitecto Manuel Clavel, conviven el único hotel cinco estrellas de Badajoz, Orenes Gran Casino y, dentro de este último, el Bar Rojo, especializado en cocina nikkei y cocina fusión de tendencia también asesorado por Cano.
- La oferta de restauración se completa con la terraza EOS Lounge & Bar, un espacio al aire libre y de diseño actual con el mejor ambiente y una completa carta de cócteles.
Construido con forma de barco, un guiño a su ubicación en la margen derecha del río Guadiana, Gran Hotel Casino Extremadura es un moderno complejo perteneciente a Grupo Orenes formado por un hotel cinco estrellas –el único de Badajoz con esta categoría– con 58 habitaciones con vistas, un amplísimo casino operado por Orenes –uno de los grandes operadores del juego en España– y varios espacios gastronómicos en los que disfrutar bien de la cocina extremeña actual, bien de una propuesta nikkei pionera en la ciudad.
Todas las cartas han sido diseñadas por el prestigioso chef alicantino Nazario Cano, al frente del restaurante Odiseo, piedra angular del imponente edificio homónimo inaugurado el pasado año en Murcia y reconocido ya con una estrella Michelin y con un Sol Repsol. La cocina de Cano –formado con Ramón Roteta, Martín Berasategui, Ferrán Adriá, Manolo de la Osa o Norberto Jorge, bebe de sus orígenes levantinos: su abuelo era pescador y su padre, cocinero en La Goleta, un restaurante de cocina tradicional en Alicante; en su tierra, en El Rodat (Jávea), consiguió su primera estrella Michelin en 2017, gracias a un estilo único que conjuga tradición y equilibrio y que se plasma el platos tan esenciales en fondo como osados en forma.
Producto de cercanía
Una de las señas de identidad de Cano es adaptarse a la despensa del lugar en que se encuentra, alrededor de la que gira siempre su propuesta: un homenaje al producto de cercanía y de temporada. Así, para los espacios gastronómicos del Gran Hotel Casino Extremadura ha hecho una selección de la mejor materia prima extremeña, cuya esencia ha sabido captar a la perfección, y ha diseñado una carta con ingredientes tradicionales en presentaciones memorables y muy creativas –que nunca son casuales– que nos acercan a la vanguardia.
El espacio principal donde disfrutar de esta cocina de autor es el restaurante Mirador del Guadiana, en la tercera planta. Amplio y luminoso, decorado con sencillez en tonos blancos, ofrece unas fantásticas vistas del río y del casco histórico de la ciudad; un escenario idóneo para sumergirse en la gastronomía regional extremeña puesta al día ejecutada por el jefe de cocina Francisco Gil. Tras el aperitivo de cortesía –llamado ‘Bienvenida a Badajoz’: un caldo de bellota con cremoso y virutas de jamón 100 % ibérico–, se puede comenzar con un surtido de quesos extremeños –en el que no falta la torta de la Serena– o uno de ibéricos –soberbio el lomito de prensa ibérica–.
Entrantes de impresión
Como entrantes, destacan la sobrasada ibérica –elaborada con pimentón de La Vera– con cruasán caramelizado y miel de Ibores; el foie al sarmiento con melaza de melón –una explosión de sabores en contraste dulce/salado–, el jamón de atún rojo de Balfegó, el canelón crujiente de matanza o la ensalada extremeña de zorongollo, con pimiento morrón asado, lascas de bacalao, naranja, huevo y cebolla.
Entre los principales, que varían con la estación, se encuentran el lomo de cierva, tierra y cuajo de chocolate –con aire de bellota y tiramisú de boletus y trufa–; el cochinillo frito con compota de manzana a la vainilla, membrillo, virutas de queso extremeño a la manteca y berros o la pluma a la brasa con adobo extremeño, caldereta de boletus y untuoso de pera. También hay varios pescados, como el bacalao a la brasa con migas crujientes, salsa americana y emulsión de jamón ibérico, y arroces, como el meloso de calamar y alcachofas.
Postres de infarto
Como colofón, se ofrece la ‘Despedida de Badajoz’: unos originales torreznos de cerdo recubiertos de chocolate blanco –uno de los trampantojos distintivos de la cocina de Cano– que anticipan los postres, también elaborados con productos de cercanía: es delicioso el helado de queso, fresas y juliana de cerezas del Jerte con tejas de parmesano. Para rematar el viaje por la tierra, la carta de vinos incluye interesantes referencias de la D.O. Ribera del Guadiana.
Por su parte, el restaurante del lobby del Casino, Bar Rojo, ofrece la primera experiencia de cocina nikkei de Badajoz. La carta, también diseñada por Nazario Cano y salpicada con múltiples guiños a la región, es todo un homenaje al pasado descubridor de los extremeños. Se divide en dos capítulos: ‘Un paseo por Latinoamérica’, resultado de los cuatro años que Nazario Cano vivió en Perú (anticuchos de presa ibérica con ají panca y chips de yuca; causa limeña; empanadillas de ají de gallina; ceviche de pez limón en leche de tigre, etc.) y ‘Un paseo por Japón’ (sushi elaborado a mano en el momento: niguiris de pez mantequilla, atún toro, salmón… y uramakis de atún picante, de langostino y cangrejo tempurizado o de anguila con foie flambeado).
Bar Rojo: Glamour y Nikkei
El espacio, decorado con profusión de formas curvas, tonos rojos, cortinajes y asientos de terciopelo y un curioso techo cubierto de bombillas, y protagonizado por la barra de coctelería y un piano –en cuanto las restricciones se suavicen, volverá la música en directo.
Completa los espacios del complejo la terraza EOS, un lounge moderno y fresco con entrada independiente, mobiliario actual y vegetación, perfecto para probar ambas propuestas gastronómicas, tanto la del Mirador como la de Bar Rojo, y para tomar una cerveza, una copa de vino o un cóctel clásico y bien preparado.