Los dos elementos fundamentales para que un dispositivo tenga un buen rendimiento son el procesador y la memoria RAM. Un equilibrio entre estos dos componentes puede hacer que el rendimiento sea el más adecuado. Pero a veces puede ocurrir que ninguno de los dos elementos son utilizados al 100% por nuestro dispositivo. Para ello hoy os traemos unos trucos que nos van a permitir usar toda la RAM además de los núcleos del procesador en Windows 10. Con esto vamos a conseguir aprovechar al máximo el potencial y las prestaciones del dispositivo aumentarán.
4¿Y qué ocurre con la memoria RAM?
Con la memoria RAM también ocurre algo similar. Aquí se almacena todo lo que ejecute la CPU. Es algo similar a que los programas y aplicaciones realicen sus tareas en su interior.
Puede ocurrir que la RAM tenga una limitación en la dedicación porque así venga por defecto en Windows 10. También puede ocurrir que la RAM no se use al máximo y que el sistema le dedique gran parte del esfuerzo a la tarjeta gráfica, y este suele ser el motivo más habitual. A pesar de que la tarjeta gráfica utilice unos recursos de entre 8 y 128 megas, si nuestra RAM es limitada (2 GB, por ejemplo), vamos a notarlo a la hora de ejecutar tareas. Con una RAM superior a los 4 GB esto no será ningún problema.
Pero aquí también entra en juego el sistema operativo. Si nuestra versión es Windows 10 de 32 bits no va a utilizar más de 4 GB. Por lo que con una RAM de 6 u 8 GB parte de la memoria estará desaprovechada, por lo que la versión de 64 bits es la mejor opción para aprovechar más recursos.
Para comprobar este apartado es muy sencillo, solo tenemos que ir a las especificaciones del sistema operativo. Puedes hacerlo a través de la búsqueda en el panel de Windows buscando Panel de control, y después entrando en el apartado de Sistema y Seguridad y finalmente la opción de Sistema.
Dentro de este apartado podemos ver la memoria RAM instalada y que parte se está utilizando.