Durante más de siete años, Alberto Chicote se ha presentado como el ángel malhumorado que venía a rescatar de la ruina a algunos de los establecimientos hosteleros de la geografía española. Y aunque es cierto que un buen número de casos su paso por dichos restaurantes fue para mejor, la mayoría tuvieron que cerrar después de la visita del chef.
Las cifras hablan de más de un 70% de locales que se vieron perjudicados por su aparición en televisión junto al mediático cocinero. Ahora comenzamos a entender por qué el programa se denominó desde un primer momento Pesadilla en la cocina. Hoy en QUÉ! te traemos algunos de los casos más sonados.
4EL CASTRO DE LUGO, AUTÉNTICA PESADILLA EN LA COCINA
Más sucio que la cola de una vaca, por decirlo literalmente. Así estaba el restaurante El Castro de Lugo, especializado en comida gallega, cuando Chicote visitó por primera vez el local. De nuevo el patrón arquetípico de restaurante de Pesadilla en la Cocina se repetía: un dueño con un carácter débil, empleados que hacen lo que les da la gana, menos limpiar, y las deudas ahogando el proyecto.
Si te acuerdas del sitio, será porque fue la primera vez que vimos a Chicote vomitar en antena. Restaurantes como este no se olvidan. Poco después de emitirse el programa, El Castro de Lugo tuvo que echar el cierre. No valió para nada.