El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha tomado este lunes posesión del cargo siendo consciente de que «quien abre paso suele ser quien más se ensucia».
Así lo ha dicho durante el discurso que ha pronunciado después de que el expresidente de la Generalitat Quim Torra le colocase la medalla de presidente.
«Toca arremangarnos sin miedo de los rasguños. Es hora de deslomarnos cada día como nadie, para superar las sacudidas que dificultan el camino y recuperar, de nuevo la anchura que permite avanzar a todos» hacia una Cataluña próspera, justa, verde, feminista y plenamente libre, en sus palabras.
Ha tenido unas palabras para su antecesor Quim Torra, a quien se ha agradecido su dedicación durante unos años «extremadamente difíciles, en los que tuvo que hacer frente al reto de recuperar las instituciones catalanas» y a la pandemia, y que sufrió una inhabilitación injusta, según ha dicho textualmente.
Aragonès ha reiterado que es consciente de las dificultades que implican la crisis social y económica en la que ve inmersa a Cataluña, y ha asegurado que ejercerá sus funciones para revertir esas dificultades «con humildad, empatía y decisión», escuchando y trabajando para todos, con vocación transformadora y de futuro.
«CONFIANZA ENTRE CIUDADANÍA E INSTITUCIONES»
Ha aludido a dificultades económicas, sociales, territoriales, lingüísticas, por razón de origen, de género, de creencias, de edad, por la situación administrativa, por el color de la piel o por a quien se quiere, y ha afirmado que todas ellas «dividen la sociedad» y la hacen débil.
Por eso pretende «recuperar la confianza entre la ciudadanía e instituciones» y caminar hacia una Generalitat inconformista, innovadora, transformadora, imaginativa, creativa, republicana, con visión de futuro y con la vocación de hacer más fácil, amable y feliz la vida de sus ciudadanos, ha dicho literalmente.
POR UNA REPÚBLICA CATALANA
También ha defendido avanzar hacia el bien común, progresando en derechos sociales y en el estado del bienestar, hacia un modelo productivo al servicio de la sociedad, un progreso que «desemboque en la República catalana», europea y europeísta.
«Este fue el compromiso que me empujó, cuando era un adolescente, a implicarme de la mano de compañeros y compañeras en la lucha por la justicia social y la libertad nacional», dos luchas que seguirá defendiendo desde la presidencia de la Generalitat, promete.
«Personalmente, lo daré todo para hacerlo posible, y con este compromiso les invito a acompañarme en la construcción de este camino», ha concluido.