El Salón Dorado del Palau de la Generalitat ha acogido este domingo la segunda capilla ardiente de Francisco Brines –tras la celebrada este sábado en su localidad natal, Oliva (Valencia)– para dar un «último abrazo» al poeta y rendir homenaje a un «maestro de poesía y vida» que «no nos ha dejado la nada, sino un espacio común de amor, ternura, sentimiento y pasión por la vida».
La capilla ha abierto sus puertas a la ciudadanía a las 10.00 horas. Antes, se ha recibido el féretro en la puerta del Palau y se ha celebrado un acto de homenaje en el Patio Gótico, con un recital de poesía a cargo de Vicent Camps y Lola Camps, que han leído algunos versos del poeta.
Familiares de Brines y diversas autoridades han asistido al acto de «obligada despedida», entre ellas el ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes; el ‘president’ de la Generalitat, Ximo Puig; el presidente de Les Corts Valencianes, Enric Morera; la delegada del Gobierno, Gloria Calero; el alcalde de Oliva, David González, y varios miembros del Consell. Al finalizar el homenaje, todos ellos han firmado en el libro de condolencias.
El ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, ha ensalzado la figura de Francisco Brines como un «representante insigne» de la generación del 50. «Desde ‘Las brasas’ hasta ‘Como si nada hubiera sucedido’, pasando por ‘El otoño de las rosas’, fue un poeta valenciano, español y universal, muy querido por todos», ha resaltado.
«Hoy es un día triste porque despedimos a un gran hombre y a un grandísimo poeta que debemos recordar y honrar, pero también es un día que nos reconforta por la plenitud con la que él vivió su vida hasta el final», ha expresado.
El ministro ha destacado la importancia de que las instituciones reconozcan en un acto «solemne, emotivo y conmovedor» como el de este domingo a «los hombres y las mujeres que siembran inteligencia y belleza», como Francisco Brines. «Este acto es una prueba de ese reconocimiento que los valencianos hacemos a ese grandísimo poeta que se nos ha ido», ha subrayado.
El artista, ha destacado el ministro, «dio muestras de su inteligencia, su sentido del humor y su sentido y pasión por la vida hasta el final», también en el acto de entrega del Premio Cervantes celebrado el pasado 12 de mayo en la finca del poeta en Elca. «Paco Brines nos verá desde las estrellas y seguro que estará feliz de ver que su pueblo le reconoce», ha concluido.
«NO HAY NADA MÁS IMPORTANTE QUE LA VIDA»
Por su parte, el ‘president’ de la Generalitat, Ximo Puig, ha resaltado que «siempre recordará» una tarde en la que el poeta le enseñó que «no hay nada más importante que la vida». «Desde el sentimiento, afecto y tristeza, queremos decir que la vida es un paréntesis entre dos nadas, pero Brines no nos ha dejado la nada, sino un espacio común de amor, ternura, sentimiento y pasión por la vida», ha apuntado.
Puig ha indicado que este domingo el pueblo valenciano «reconoce y le da un último abrazo a una de sus voces más lúcidas» y se ha referido a su trabajo como una poesía «nacida de los sentimientos y de las razones que nos unen como humanidad». «Desde Elca y Oliva, proyectó esa mediterraneidad que abraza culturas diferentes y pasiones comunes por la vida», ha resumido.
El jefe del Consell ha recordado también que, hace «muy pocos días», tuvo la «suerte» de disfrutar, junto con el ministro y los Reyes, de la «lucidez, ironía y empatía con la vida» de Francisco Brines.
A las 10.00 horas se han abierto las puertas para la ciudadanía de la capilla ardiente, instalada en el Saló Daurat del Palau de la Generalitat. Hasta las 13.00 horas, los asistentes han podido despedirse del poeta y dedicarle unas palabras en el libro de condolencias.
«AGRADECIMIENTO HUMANO Y POÉTICO»
Uno de las personas que ha acudido a la capilla ardiente ha sido el poeta Marc Granell, quien ha destacado que «siempre» recordará a Francisco Brines con un «gran agradecimiento» y una amistad «muy profunda». Para la gente de mi generación, ha sido un maestro de poesía por sus poemas, pero también un maestro de vida y de amor por la vida y por los demás», ha manifestado.
«Con su generosidad nos ha enseñado que respetar y abrirse a los jóvenes es lo importante en el proceso poético», ha remarcado, al tiempo que ha reiterado que su recuerdo del poeta «siempre será de una gran amistad y de un gran agradecimiento humano».
Por su parte, el periodista y exdiputado socialista en Les Corts Fernando Delgado ha asegurado que también lo recordará «siempre» porque «desde muy joven» ha estado vinculado a Brines y ha exaltado su figura como un «gran poeta unido a nuestra tierra».
En este sentido, ha apuntado que la vida y la obra de Brines han estado «muy vinculadas al territorio y al paisaje» de la Comunitat Valenciana. «Su poesía ha estado tremendamente relacionada con el mar de Oliva y de València», ha apostillado.
Delgado ha destacado su «fraternidad» con distintos poetas valencianos, «no solo en lengua castellana, sino también valenciana», con los que ha compartido el territorio y sus dos lenguas de una manera «verdaderamente hermosa». «Para Brines, su València ha sido un territorio del sueño y de la memoria», ha aclarado.
«PERSONA IRREPETIBLE»
José Antonio Cañada y Esperanza Blasco, amigos «íntimos» del poeta, han asistido a la capilla ardiente «muy emocionados y apenados» y han recordado que Brines les invitó a comer a su casa al día siguiente de recibir el Premio Cervantes. «Pero no pudimos ir», han lamentado.
«Más que amigo, ha sido familia y una de las personas que más querido», ha declarado Blasco, y ha asegurado que el poeta ha sido una persona «irrepetible para València». «Podemos estar orgullosos de haber tenido una persona como él, no solo como poeta o literato, sino también porque humanamente era excepcional», ha reiterado.
Cañada ha resaltado el «amor» de Francisco Brines por el arte, una faceta que «no se conoce de él, pero juntos hemos recorrido infinidad de museos y, cuando entraba en uno, no había manera de sacarlo», ha rememorado, al tiempo que ha bromeado que en algún momento le dijo que «iba a ser mejor analista de arte que poeta».