Las horas más bajas están viviendo en el FC Barcelona, pero Joan Laporta no quiere quedarse lamentando todo el tiempo por una temporada que ya está más que perdida y esta solo un escalón por encima del fracaso, gracias a una Copa del Rey que viendo en retrospectiva es una suerte que ganaran. El presidente azulgrana sabe que las irregularidades en el juego y en los resultados; el bajón en el rendimiento general del equipo y en algunos jugadores en específico; y las malas decisiones que ha tomado Ronald Koeman, y que ponen en duda su continuidad; todo eso tiene soluciones muy drásticas, aunque el mandatario culé quiere ocuparse primero de algo concreto: los jugadores con los que cuenta y con los que no en esta plantilla.
A estas horas las decisiones de Laporta, si de verdad las cumple, están cayendo más que bien en el seno del barcelonismo; porque tras tantos años de culpar a los entrenadores, que si tuvieron su cuota de responsabilidad, eso no se niega, al fin están abriendo los ojos y están viendo que el problema puede ser más profundo, pues todo está en una plantilla acomodad y que ya no rinde bien al máximo nivel. Muchos jugadores del núcleo que ha venido fracasando año tras año sigue en el vestuario y el presidente del club azulgrana ya no aguantaría más que varias «vacas sagradas» sigan en la plantilla y el enésimo entrenador salga del banquillo para que llegue otro y las siga alineando para así cometer los mismos errores de siempre. Laporta está decidido a revolucionar las cosas y por eso cuatro futbolistas importantes están muy cerca de marcharse.
4Griezmann ha cansado a Laporta
El único caso que es distinto entre los cuatro jugadores claves del Barcelona que podrían decir adiós al finalizar esta temporada es el de Antoine Griezmann. El francés ha sido una montaña rusa total, pues en el comienzo empezó bien, luego decayó y Koeman lo olvidó; tras eso pareció recuperarse y reapareció en el equipo titular, hasta que volvió a caerse al rendir a un nivel muy bajo. Aunque ahora está pasando por una de sus «fases buenas» es precisamente esa irregularidad lo que ha fastidiado a Laporta.
Ya el mandatario catalán habría decidido que el rendimiento del galo no va ser más de lo que ya ha mostrado y por eso no se opondría a su salida; sin embargo, no hará como con las «vacas sagradas», pues Griezmann tiene buen cartel en el mercado y podrían sacar una buena cifra por él. Además de que su salida liberaría una gran cantidad de salario que se le paga y que este no compensa con lo que entrega en el campo. Laporta va en serio con lo de la gran remodelación de plantilla y un nuevo Barcelona se cuece en sus manos a la espera de un mejor futuro, con más títulos a cargo de un equipo mejor estructurado.