La presidenta del Consejo General de la Abogacía, Victoria Ortega, ha considerado que existe «conciencia social» sobre el hecho de que los derechos fundamentales de las personas «no son negociables, que la corrupción es un delito y uno de los más graves, y que las minorías tienen derechos y no son una parte invisible o innecesaria de la sociedad».
Victoria Ortega ha presidido el acto principal del Colegio de Abogados de Zaragoza para celebrar a su patrón, San Ivo, en el que se ha hecho entrega del Premio Valores 2021 a la Fundación Abogacía, galardón que ha recogido su presidente honorífico y fundador, Carlos Carnicer.
La presidenta del Consejo General de la Abogacía ha estimado que «nunca» se ha sabido tanto sobre las violaciones de los derechos humanos en cualquier parte del mundo «y eso hace más difícil que hoy queden impunes», a pesar de lo que sigue existiendo una enorme brecha social.
Ha puesto de ejemplo lo vivido estos días en Ceuta y Melilla. «Todos somos conscientes del drama de millones de personas inmigrantes», que van a seguir llegando a Europa, «van a seguir cruzando fronteras, tengan o no tengan valla, o a través de la mar, aunque muchos mueran en el intento», ha sostenido.
En su opinión, ante esta situación, «no tomar partido es un acto de cobardía; podemos optar por jubilar los derechos humanos ahora que cumplen 72 años o podemos ponerlos en el centro de nuestros objetivos; podemos mirar a otro lado o alzar la voz para defenderlos».
Según ha esgrimido, la abogacía ha optado por lo segundo «y, encabezada por Carlos Carnicer, hace ya casi 20 años, constituyó la Fundación Abogacía Española», que ha sido distinguida ahora por el Colegio de Abogados de Zaragoza, un reconocimiento al «compromiso» y al propósito «de ser fiel a unos principios y valores que son irrenunciables, los de un profesional que se implica y que nunca permanece equidistante o indiferente a las realidades del mundo».
RETOS
En otro orden de cosas, la presidenta del Consejo General de la Abogacía ha asegurado que por delante hay ahora muchos retos, «desde leyes y reformas cruciales para la los profesionales, como mejorar la calidad de nuestra arquitectura jurídica, la reclamación de mayores condiciones para la conciliación y desconexión digital, el tratamiento de la asistencia a la justicia gratuita o el avance en las medidas consecuencia de la pandemia de la COVID-19».
A su entender, «la Abogacía va a estar ahí, donde se le reclame y se le necesite y ofrece su colaboración al desarrollo de un ordenamiento jurídico que posibilite en toda su amplitud el derecho a una tutela judicial efectiva, pero va a exigir también el reconocimiento de derecho de defensa como pilar del estado de derecho, como pilar de la paz social».
Por su parte, el decano del Real e ilustre Colegio de Abogados de Zaragoza, Antonio Morán, ha recordado que durante la pandemia la Abogacía no se paró y que «está generando un paquete de reformas legales, quizá por cuestiones que deberían hacerse abordado hace tiempo, pero que se hacen ahora y veremos cómo salen».
El decano ha incidido en que espera que la solución de la Administración de la Justicia, «no se lleve por el perverso mecanismo de limitar el acceso de los ciudadanos a los tribunales«.
Por otra parte, en el acto se ha entregado la Cruz de San Ivo a los colegiados Enrique Laguna, Joaquín Gimeno del Busto y Rosa María Fernández Hierro. También se ha otorgado las distinciones de Colegiados de Honor a los letrados con 50 años de colegiación y los diplomas a los más de cien colegiados que en 2020 y en 2021 cumplieron 25 años de colegiación. A primera hora de la mañana, se ha celebrado la jura o promesa de los nuevos colegiados.