Sergio Ríos, el que fuera chófer del extesorero del PP Luis Bárcenas y que está investigado en la Audiencia Nacional por su relación con la trama de la ‘Operación Kitchen’, ha guardado silencio este jueves en su comparecencia en el Congreso. «Se está investigando y hay una parte muy importante todavía bajo secreto, me voy a acoger a mi derecho a no contestar», ha dicho.
Señalado por otros comisarios como la persona captada por la presunta trama corrupta para las vigilancias sobre la familia del extesorero del PP, Sergio Ríos ha aguantado más de una hora de preguntas sobre su relación con el comisario José Manuel Villarejo y su «paso de portero del prostíbulo» a chófer de Francisco Granados y Luis Bárcenas, «y de ahí a la Policía» con una de las peores notas del examen. Todo ello, con continuas advertencias de que corre el riesgo de pasar a la historia como un «chivato».
«Me voy a acoger a mi derecho a no contestar. Vengo acompañado de mi abogado, me ha dado el consejo. Como está judicializado y se está investigando, y una parte muy importante está todavía bajo secreto, me voy a acoger a mi derecho a no contestar», ha señalado Sergio Ríos al inicio de su comparecencia, aunque agradeciendo el «tono» de las preguntas formuladas por el diputado del PSOE David Serrada.
Sergio Ríos sólo ha tenido un respiro en el turno del PP, que discrepa de la utilidad de la comisión ‘Kitchen’ del Congreso al entender que el operativo «nunca existió» y se limitó en todo caso a «localizar el patrimonio» de Bárcenas.
En el caso de Ciudadanos, el diputado Edmundo Bal ha recordado su profesión de abogado para avisar que no sometería al compareciente ni «a insultos ni a vejaciones», apelando a sus derechos y a la presunción de inocencia «hasta que se demuestre lo contrario».
VOX LE ACUSA DE ROBAR Y TRAICIÓN
Uno de los interrogatorios más duros ha sido el de Macarena Olona, diputada de Vox, que ha apelado a los hechos constatados en el sumario y en los medios de comunicación: «De portero en un prostíbulo pasa usted a chófer de Granados y Bárcenas, y de ahí a la Policía Nacional». Tanto ella como luego Gabriel Rufián, de ERC, han insistido si sus contactos con políticos del PP se remontan a su trabajo para la seguridad de un burdel.
Sergio Ríos ha guardado silencio mientras se pasaba un bolígrafo por los dedos, aunque en alguna ocasión los diputados le preguntaban si cuando negaba con la cabeza quería decir que su respuesta era ‘no’. En todo caso, el que fuera chófer de Bárcenas mantenía el silencio o simplemente decía que no iba a contestar a nada.
Olona ha introducido también otro elemento luego repetido por otros portavoces, el de su acceso a la Policía con 40 años pese a que el promedio de los nuevos agentes es de 25 años. «Fue un alumno, por decirlo de manera decorosa, con trayectoria nada brillante por el elevado nivel de suspensos», ha recordado la dirigente de Vox, aludiendo a que aprobó en la repesca quedando en el puesto 253 de 254 y que los alumnos de su promoción lo señalan como «intocable» y que «aprobaba sin estudiar».
«Usted accedió a robar documentación del señor Bárcenas aprovechando su ingreso en prisión», ha continuado Olona, que le ha acusado de «filtrar información sobre la vida personal en el marco de una operación parapolicial ilícitamente puesta en marcha por el PP». «Traicionó toda la confianza depositada por una familia a cambio de 2.000 euros al mes, una pistola y la promesa de ingresa en la Policía», ha apuntado.
También le han preguntado por los mensajes que constan en el sumario del exministro del Interior Jorge Fernández Díaz en el que alude a su captación o que se presentara «como Superman» –según la expresión del diputado de EH Bildu Jon Iñarritu– en la vivienda de Bárcenas el día que fue asaltada por un falso cura que maniató a la mujer y el hijo del extesorero.
«¿CÓMO ESTÁ? ¿QUÉ EDAD TIENE?»
Los diputados han intentado diferentes estrategias para arrancar algunas palabras de Sergio Ríos, que cada vez que ha comparecido en la Audiencia Nacional ha utilizado un casco de moto para tapar su rostro ante la presencia de las cámaras de los medios de comunicación.
Unidas Podemos y ERC, por ejemplo, han iniciado el interrogatorio con la misma pregunta: «¿Cómo está?» También le han preguntado por su edad. En ambos casos, la respuesta ha sido un tímido «bien» y luego el silencio a pesar de la insistencia de los grupos de presentar la comparecencia como una «oportunidad de limpiar su imagen».
Como ha pasado con otros comparecientes, Rufián le ha dicho que pedirá al Congreso que su falta de colaboración tenga consecuencias penales por vía judicial. Luego ha tratado de que contestara al uso de fondos reservados para captarle como confidente, aunque avisándole que en realidad «pasará a la historia como un desleal, un chivato». «Y a los chivatos no les cae bien a nadie», ha añadido.
En el repaso a lo publicado en la prensa, Rufián le ha preguntado por qué le detuvieron en 2005 por llevar un arma. «¿Es cierto o no? Si no es cierto, estoy siendo terriblemente injusto con usted», ha reconocido el diputado de ERC. «No voy a contestarle», ha dicho una vez más Sergio Ríos.
Rufián le ha pedido en varias ocasiones que al menos le mirara y le ha comentado que su opinión es que «se está comiendo el marrón de otros». Ante la callada, algo que el diputado de ERC ha calificado de desconsideración al Congreso, le ha reprochado que acudiera a la comisión a «descojonarse» de los diputados. «¿Le parece la actitud de un policía nacional?», le ha preguntado antes de repetirle que «pasará a la historia como un gran chivato».