Investigadores del Instituto de Investigaciones Biomédicas ‘Alberto Sols’ (CSIC-UAM) y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Neurodegenerativas (CIBERNED) apuntan a que la proteína Kidins220 es necesaria para mantener los niveles de la proteína acuaporina-4 (AQP4), principal canal de agua cerebral y clave para evitar la acumulación excesiva de líquido cefalorraquídeo en el cerebro que caracteriza a la hidrocefalia.
Los investigadores están realizando un estudio sobre la ventriculomegalia, patología en la que los ventrículos de los hemisferios cerebrales presentan un agrandamiento anormal, que es característico de enfermedades psiquiátricas, neurológicas y neurodegenerativas.
El estudio, publicado en la prestigiosa revista ‘Molecular Psychiatry’, está liderado por la doctora Teresa Iglesias, investigadora principal de CIBERNED y descubridora de la proteína Kidins220, y muestra que, en modelos animales, la disminución de los niveles de esta proteína provoca la pérdida de AQP4 y provoca hidrocefalia.
Los investigadores también han descubierto que una disminución de los niveles de Kidins220 y de AQP4 se verifica igualmente en el cerebro de pacientes con hidrocefalia idiopática crónica o hidrocefalia normotensiva, la enfermedad con mayor aumento del tamaño de los ventrículos cerebrales en adulto.
La hidrocefalia normotensiva se considera una enfermedad neurodegenerativa, ya que es una patología usualmente asociada a demencia y a trastornos de la marcha, y en la que suelen observarse las «marcas típicas de la enfermedad de Alzheimer, como las placas de beta-amiloide», explica Iglesias.
Los resultados del trabajo muestran que la proteína Kidins220 regula los niveles de AQP4 a través de un conjunto de proteínas conocido como retrómero de SNX27, cuyo principal componente es, precisamente, la proteína SNX27.
Este complejo participa en el reciclaje de algunas proteínas, y cuando disminuyen los niveles de SNX27 el complejo no funciona correctamente y se produce la eliminación de esas proteínas. Los investigadores han descubierto que AQP4 es una de estas proteínas y que la deficiencia de Kidins220 en ratones causa la disminución de los niveles de SNX27 en el cerebro y, por lo tanto, la degradación de AQP4.
El equipo de investigación lleva años estudiando el papel que juega Kidins220 en las enfermedades neurodegenerativas. Según la doctora Iglesias, «los resultados actuales también podrían ser relevantes en otras enfermedades neurodegenerativas, porque la función de estas proteínas está comprometida en enfermedades como la enfermedad de Alzheimer y de Parkinson. Por ejemplo, el retrómero regula la producción de la beta-amiloide en el Alzheimer, y existe una mutación causante de Parkinson en un gen del complejo proteico que estudiamos en esta investigación».
Otros estudios recientes han descubierto la existencia de variantes de la proteína asociadas a enfermedades con una fuerte vinculación con la ventriculomegalia, como son la esquizofrenia y una nueva enfermedad rara, el síndrome denominado SINO. La identificación del papel de Kidins220 en la hidrocefalia y el hallazgo de las conexiones entre estos complejos proteicos abren nuevas perspectivas terapéuticas para estas enfermedades, así como para un amplio espectro de enfermedades neurodegenerativas y psiquiátricas que cursan con agrandamiento de los ventrículos cerebrales.
«El desarrollo de estas terapias sería de gran utilidad para la hidrocefalia normotensiva, que no cuenta en la actualidad con ningún tratamiento farmacológico y cuyo único tratamiento es la intervención quirúrgica», concluye.