El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha reafirmado su compromiso con el sector platanero y ha coincidido con éste en la grave amenaza que supone el banano de países terceros, al tiempo que garantizó una línea de comunicación directa con los productores para encontrar una solución que proteja al plátano de Canarias en el marco del actual proceso de reforma de la Ley de Cadena Alimentaria.
Tras mantener en la isla de La Palma una reunión junto al presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, con representantes de las organizaciones de productores de plátano y los máximos responsables de Asprocan, el ministro también ha ratificado que encontrará un encaje de seguridad jurídica para que las ayudas POSEI computen en el cálculo del coste efectivo de producción, sobre lo cual existe actualmente cierta inseguridad jurídica.
La Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan) se ha mostrado «a la expectativa» tras el encuentro con el ministro y recordó que desde hace meses viene solicitando que el plátano de Canarias se exceptúe de ciertos artículos de esta ley que impiden a los productores la libertad de negociar el precio de venta de su fruta (artículos 9.1.c) y j) y 12 ter).
La reunión ha permitido al ministro conocer en detalle las prácticas comerciales del plátano de Canarias, las especificidades que hacen de éste un producto con un modelo de comercialización específico y una competencia particular y cómo, con la actual Ley de la Cadena Alimentaria, el objetivo de remunerar a los productores al menos por el coste de producción «no sólo no se cumple, sino que además pone en riesgo su nivel actual de ingresos y volumen de comercialización».
Los representantes del plátano han querido reiterar al ministro que no se trata de una petición realizada únicamente por el sector, recordando la decisión adoptada el pasado mes de marzo por la amplia mayoría de los grupos políticos del Parlamento de Canarias de instar al Gobierno de España y al Congreso de los Diputados a exceptuar al plátano de Canarias de dichos preceptos de la Ley, que «ponen en riesgo su capacidad competitiva en el mercado, abocándolo a convertirse en un producto residual e incrementando en consecuencia la presencia de la banana de terceros países hasta su total sustitución».