El Festival Internacional de Teatro de Títeres de Segovia Titirimundi ha visto reducida la subvención que le venía concediendo la Junta de Castilla y León, uno de sus principales patrocinadores, por lo que sus organizadores aseguran que «ven peligrar su existencia» tras la publicación de las subvenciones.
La Junta ha repartido su partida presupuestaria concediendo a Titirimundi 14.752,17 euros respecto a los 100.000 euros de ediciones pasadas, 65.000 de 2012 a 2014 o incluso 200.000 en 2007, ha informado la organización del certamen en un comunicado.
«Con una reducción de 85.000 euros respecto a años anteriores de uno de nuestros principales apoyos, vemos muy complicado poder llevar a cabo una nueva edición con el carácter del festival», ha expresado la directora del festival, Marián Palma.
«Es positivo que se creen nuevos festivales y que se apoye a mayor número de eventos, pero tendrá que ampliar el presupuesto en vez de reducir de esta manera drástica una aportación necesaria para que se sigan celebrando festivales de gran magnitud», ha añadido.
El Festival Internacional de Teatro de Títeres de Segovia cuenta con un presupuesto total de 220.000 euros anuales aproximadamente, tal y como se comunica cada año, para traer a más de una treintena de compañías, realizar más de 250 funciones e impactar a nivel cultural y económico.
De ese presupuesto, el Ayuntamiento aporta 100.000 euros, además de su apoyo en el uso de las infraestructuras y espacios de la ciudad.
Todo ello para celebrar un Festival en el que, según el estudio realizado por la UNED, tiene un retorno en la repercusión económica de la ciudad mayor de seis veces que lo aportado por el total de las subvenciones recibidas.
CONTINUIDAD EN EL AIRE
Desde su nacimiento en 1985, Titirimundi ha sido un proyecto avalado por el Ayuntamiento y la Junta de Castilla y León «para impulsar el teatro de títeres en España desde la idea de su creador, Julio Michel, que como un visionario vio que era el territorio adecuado para crear un festival único en el mundo, como así ha sido, y enseñar y contribuir a cultivar la mirada hacia este especial mundo del teatro desde la infancia, valorar y ver el mundo de una forma más enriquecedora «, ha añadido Palma.
«Como embajadores del títere y avalada por la Unión Internacional de la Marioneta (UNIMA), nos parece una afrenta al gremio, puesto que el mundo del teatro y en concreto el arte del teatro de títeres es uno de los más afectados con la crisis en la que todos estamos inmersos», ha afirmado la dirección del Festival, que ve con desamparo y con preocupación la continuidad del festival sin el apoyo institucional.
«Quien quiera ver la repercusión mediática, económica y vital con un presupuesto habitualmente ya ajustado para la envergadura de un festival como Titirimundi, solo tiene que abrir los ojos», ha sentenciado Palma.
Palma ha asegurado que «quien haya disfrutado una sola vez de Titirimundi en su vida no lo olvidará» y ha incidido en que, con Julio Michel y su entregado equipo, formado por dos personas durante el año y doce durante su desarrollo, siempre se ha querido celebrar un festival como se celebra la vida, «volviendo a su esencia, una fiesta de los sentidos, ‘la irrupción de lo maravilloso en la vida cotidiana’, que decía Michel».
Considerando el contexto actual, «si no hay una auténtica implicación nos resultará muy difícil continuar», ha finalizado.