La compañía teatral Els Joglars reivindica el arte como «patria universal en contra de las patrias identitarias» y repasa la vida del pintor modernista catalán Santiago Rusiñol en ‘Señor Ruiseñor’, que se representará en el Teatre Apolo de Barcelona del 26 de mayo al 6 de junio.
En una rueda de prensa este viernes en el restaurante modernista Els 4 Gats de Barcelona, el director de la compañía, de la obra y protagonista del montaje, Ramon Fontserè, ha dicho que el mensaje de ‘Señor Ruiseñor’ es «diáfano: por encima de las fronteras, de los pueblos, los ciudades, va la patria universal con la que todos comulgamos: el arte, la virtud y la belleza».
En la obra, un jardinero de Parques y Jardines debe dejar el trabajo por culpa del reuma y le ubican en el Museo Rusiñol donde se encargará de las visitas teatralizadas; al cabo de un tiempo, deciden cambiar el museo por uno dedicado a la identidad.
Fontserè ha elogiado el «espíritu renacentista» del pintor catalán, que también era escritor, periodista, actor y dramaturgo, y consideraba –ha dicho– que el arte era lo más importante del mundo.
Ha recordado que Josep Pla consideraba que Rusiñol era un destructor de fanáticos: «El humor siempre ha servido para expresar de una forma civilizada la tragedia», ha afirmado.
El director del montaje ha explicado que la escenografía, «muy elegante» en su opinión, se centra en una pantalla que permite proyectar los cuadros de Rusiñol.
A su vez, el director de escena, Alberto Castrillo, ha apostado por un discurso teatral que se focalice en «criticar, pero hacerlo con belleza; satirizar con humor y con un lenguaje diferente», y ha dicho que el arte es un lugar al que apelar en momentos conflictivos.
RIESGO EMPRESARIAL
La actriz Dolors Tuneu ha considerado importante que este espectáculo, que ha recorrido ciudades españolas y catalanas desde 2018, llegara a Barcelona con una adaptación al catalán: «Hemos venido cuando hemos podido. A día de hoy, con todo lo que asumimos, es muy complicado, muy arriesgado, los teatros privados debemos asumir el riesgo de que venga gente o no», ha comentado.
También ha destacado el componente humorístico de la obra, asegurando que «hay ganas de poder reír y distanciarse, buscar esta parte de humor que hace que las cosas tomen la distancia necesaria para poder hablar de todo y reír de todo».
A su vez, el productor del montaje, Enrique Salaberría, ha agradecido a Els Joglars «sus 60 años de experiencia, de escuela y lenguaje, que son únicos en toda Europa».