El asma es una afección que afecta las vías respiratorias. La mayoría de las personas con asma que reciben el tratamiento adecuado, y lo toman correctamente, pueden controlar sus síntomas y llevar una vida normal. Pero es potencialmente grave.
Los síntomas no son permanentes, pero ocurren en ataques repentinos. En un ataque de asma, las vías respiratorias (bronquios o tubos bronquiales) reaccionan de manera hipersensible a ciertos estímulos y se contraen temporalmente.
Las membranas mucosas que recubren los bronquios se inflaman, lo que dificulta la inhalación y la exhalación. Además, a menudo se produce moco viscoso, que además dificulta la respiración.
ASMA, UNA ENFERMEDAD GENERALIZADA
Esta afección puede afectar a personas de cualquier edad, pero se presenta predominantemente en la niñez. La Deutsche Allergie und Asthmabund (Asociación Alemana de Alergia y Asma) estima que 8 millones de personas solo en Europa padecen asma, y sitúa la cifra mundial en más de 330 millones.
Incluso si la tasa de mortalidad por asma es relativamente baja, si no se trata, la enfermedad puede tener un impacto negativo considerable en la calidad de vida del paciente.
Esto hace que el diagnóstico correcto y la terapia de seguimiento individual con monitoreo regular sean aún más importantes, lo que ayuda a evitar los ataques de asma o al menos a reducir significativamente su gravedad.
LOS DIFERENTES TIPOS DE ESTA AFECCIÓN
La pregunta de por qué algunas personas padecen asma aún no se comprende completamente. Tanto los factores hereditarios como los ambientales influyen.
Básicamente, se distinguen tres tipos diferentes de esta afección según el desencadenante:
- Asma alérgica, también llamada asma extrínseca
- Asma no alérgica, también llamada asma intrínseca o eosinofílica
- Diferentes formas mixtas
A menudo existen formas mixtas entre asma alérgica y no alérgica. Distinguir entre ellos no siempre es fácil. Esto se debe a que los afectados reaccionan con los síntomas del asma tanto a ciertos alérgenos como a desencadenantes inespecíficos.
SÍNTOMAS TÍPICOS DEL ASMA
La mayoría de los pacientes experimentan períodos libres de síntomas entre la presentación de los síntomas o los ataques de asma. Solo si el curso de la enfermedad es severo, los asmáticos sufren dificultad para respirar y tos incluso entre dos ataques.
Los síntomas típicos incluyen
- Dificultad para respirar
- Disnea
- Tos irritable persistente, en su mayor parte seca
- En casos crónicos, el cuerpo también produce moco viscoso.
- Opresión en el pecho
- Exhalación laboriosa
- Ruidos audibles de silbido al exhalar, también llamados sibilancias
- Irritabilidad y ansiedad, acompañadas de frecuencia cardíaca alta.
- Falta de suministro de oxígeno, lo que hace que las uñas y los labios se pongan azules
- Empeoramiento de los síntomas por la noche.
El asma se caracteriza por un alivio rápido o incluso la desaparición completa de la dificultad respiratoria después de la administración de medicamentos especiales de emergencia. Estos se ofrecen generalmente como aerosoles para inhalación.
CAUSAS DE LA AFECCIÓN Y DESENCADENANTES DE LOS ATAQUES RESPIRATORIOS
Las causas del asma aún no se comprenden completamente. Sin duda, una combinación de predisposición hereditaria e influencias ambientales juega un papel importante en el desarrollo de la enfermedad.
Dependiendo de si estamos hablando de asma alérgica, asma no alérgica o una combinación de ambas, los desencadenantes de un ataque de asma pueden variar enormemente.
FACTORES DE RIESGO: ¿QUÉ SON?
- Una mujer embarazada sostiene un cigarrillo entre los labios y está a punto de encenderlo con un mechero encendido en la mano.
- Las razones por las que una persona desarrolla asma se deben en la mayoría de los casos a su entorno personal y / o genética. Además de varios factores desencadenantes en el trabajo y en el hogar, la higiene excesiva puede promover el desarrollo del asma. También parece existir una conexión estadísticamente significativa entre fumar durante el embarazo y el desarrollo de asma en el niño.
Es más, se ha demostrado que las personas que padecen alergias y asma son más comunes en algunas familias debido a predisposiciones genéticas.
Además, cualquier persona que ya padezca fiebre del heno o neurodermatitis, ambas consideradas enfermedades alérgicas, tiene una probabilidad claramente mayor de desarrollar una forma de esta afección respiratoria.
¿CÓMO SE DIAGNOSTICA EL ASMA?
Es una enfermedad muy compleja. Tanto la gravedad como los factores desencadenantes pueden ser muy diferentes. Por lo tanto, se necesitan pruebas y exámenes exhaustivos para que los médicos puedan clasificar la enfermedad individualmente desde un punto de vista médico.
Además de una discusión detallada del historial médico del paciente, la anamnesis, el diagnóstico también incluye un examen físico completo. Escuchar los pulmones y tocar el pecho son métodos clásicos de exploración.
Con la ayuda del sonido de percusión, los médicos pueden determinar, por ejemplo, si queda demasiado aire en los pulmones. También hay varias pruebas de función pulmonar, radiografías de tórax, análisis de sangre y pruebas de alergia.
- Pruebas comunes de función pulmonar para el diagnóstico y seguimiento del asma:
- Una mujer con cabello gris está soplando en un medidor de flujo máximo. En el fondo se encuentra un hombre con un estetoscopio en la mano.
- Espirometría: la prueba de función del pulmón pequeño
- Pletismografía corporal: prueba de función pulmonar grande
- Medición de óxido nítrico (medición de FeNO)
- Espirometría: prueba de función pulmonar pequeña
- Prueba de estrés o provocación
- Prueba de broncoespasmólisis
- Más información sobre las posibilidades de diagnóstico:
- Diagnóstico y seguimiento
TRATAMIENTO Y PRONÓSTICO DEL PROBLEMA
Si una forma de asma se diagnostica y trata a tiempo, las personas afectadas por lo general pueden vivir con ella durante mucho tiempo relativamente libres de síntomas.
Lo importante es que el paciente se convierta en un experto en su enfermedad y, en consulta con su médico, maneje su asma de la manera más consistente posible. Porque si el asma no se trata, el resultado suele ser un daño permanente a los pulmones.
En el peor de los casos, los ataques de asma incontrolados pueden terminar con la muerte. Un buen manejo del asma puede prevenir esto.