Al momento de buscar algún tipo de snack o aperitivo, muchas veces optamos por “alimentos” que no son nada sanos, llenos de grasas y productos químicos que no hacen más que dañar nuestra salud y contribuir a la un mal estado de forma físico. Conoce el aperitivo más saludable.
Por otro lado, también solemos buscar tapas que acompañen de manera exitosa nuestras reuniones, intentando hallar algo que combine a la perfección con una cerveza, y que le agrade tanto a pequeños como a grandes. El día de hoy hablaremos acerca de las almendras fritas, las cuales son un aperitivo bastante sano y delicioso que de seguro, como muchos españoles, desearás poseer en tus reuniones y fiestas, y las puedes hacer fácilmente en el microondas.
Un fruto seco con múltiples usos
Este fruto seco actúa como un acompañante perfecto para una tapa dentro de alguna reunión, o también como un simple aperitivo para ser comido solo. Por otro lado, muchos lo relacionan directamente como uno de los acompañantes perfectos para una buena cerveza, mientras que otros le dan uso como un ingrediente importante para algunas recetas de ternera estofada, utilizando las almendras para integrarlas a la salsa del mismo, o también como un componente interesante para la preparación de cremas o postres (en su versión sin freír)
Propiedades de las almendras
Las almendras poseen una cantidad interesante de nutrientes y componentes bastante beneficiosos para la salud, por lo que si planeas consumirlas en tus platillos, será interesante que conozcas cada una de ellas:
Una rica fuente de proteínas
Las almendras poseen casi 20 gramos de proteínas por cada 100 gramos de ellas, convirtiéndolas en un alimento alto en este contenido, además de poseer esos aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita. Estos se hallan en una proporción bastante adecuada y ajustada a lo que el ser humano necesita.
Aporta energía de buena calidad
Este fruto seco aporta hidratos de carbono (9,3%), y si bien su cantidad no es demasiado alta, deberás saber que lo más importante de esto es que son glúcidos de absorción lenta, los cuales son de alta calidad. Este es el motivo por el cual las almendras son consideradas como poseedoras de un límite glucémico bajo, siendo tolerada por las personas diabéticas.
Presencia de grasas saludables
Una de las características más interesantes de las almendras es su buena cantidad de grasas de las sanas. Y es que el 54% del peso de las almendras es gracias a su contenido en ácidos grasos.
Gran abundancia de calcio y otros minerales
Lo primero que debes saber es que una ración de 30 gramos de almendras es capaz de cubrir el 9% de las necesidades de calcio diarias, las cuales representan el doble de lo que puede aportar la leche en su misma cantidad de peso.
De igual manera, la misma cantidad de almendras es capaz de aportar el 5% del magnesio que necesita el cuerpo al día y el 17% del fósforo.
Presencia de Vitamina E y Magnesio
Entre otro tipo de características tenemos que son una buena fuente de Vitamina E, el cual actúa como un poderoso antioxidante. Esto ayuda a proteger el cuerpo de los efectos negativos de los radicales libres, contribuyendo también al sistema inmune de nuestro organismo y colaborando así en la prevención de infecciones. Por si fuera poco, el consumo de vitamina E también es capaz de prevenir la formación de coágulos de sangre.
Por último, es necesario resaltar la presencia del magnesio entre los nutrientes que aporta, y es que este mineral se encuentra en todos los tejidos del cuerpo humano, siendo el encargado de producir la relajación muscular. Es importante destacar que esta función se relaciona de forma estrecha con la buena función del corazón.
Ingredientes para las almendras fritas
Es importante resaltar que la preparación de este aperitivo es muy sencilla y requiere de muy pocos ingredientes, los cuales son:
- Almendras
- Aceite de girasol
- Sal
Preparación de las almendras fritas
El primer paso para elaborar las ricas y nutritivas almendras fritas es calentar una olla con agua. Cuando esta comience a hervir, deberás añadir allí dentro las almendras. Esto con la intención de que el fruto seco ablande toda la piel, para así retirarla posteriormente.
Retira las almendras y procede a colarlas. Cuando estén relativamente secas, comienza a retirarle la piel de una manera delicada utilizando los dedos para el proceso. Debes tomar en cuenta que este procedimiento debe realizarse con las almendras aun calientes, así que tendrás que tener mucho cuidado de que no te vayas a quemar. Ahora, coloca las almendras sobre un papel absorbente para que estas se sequen y así poder avanzar al siguiente paso.
Ahora pon a calentar una sartén con una buena cantidad de aceite de girasol (tampoco exageres). También puedes utilizar otros tipos de aceite como el de maíz. Sin embargo, se recomienda no utilizar el aceite de oliva, ya que el sabor que este posee es bastante fuerte, por lo que las almendras terminarían absorbiéndolo y perderían su sabor original.
Una vez que notes que el aceite está bien caliente y ha comenzado a burbujear, procede a añadir las almendras y baja la llama a fuego lento. De esta manera lograrás garantizar que las almendras se cocinen tanto por dentro como por fuera. Mueve constantemente las almendras para que se doren por todos lados y no se vayan a quemar. Ten en cuenta que no es muy buena idea freír demasiadas almendras a la vez, pues si lo haces, estas no se cocinarán de la mejor manera.
Si deseas aportarle un sabor salado, puedes proceder a añadir un poco de sal gruesa una vez el fuego esté apagado y la temperatura del aceite y las almendras haya bajado. Procede a sacar las almendras del aceite y colócalas en un plato con papel absorbente. Retira el papel, y si lo deseas, puedes añadir un poco más de sal (todo dependerá de tu gusto).
Si planeas conservarlas, espera a que se enfríen totalmente y agrégalas a un recipiente de vidrio hermético, en donde no le circule aire.