La escritora Almudena Sánchez publica ‘Fármaco’ (Literatura Random House), un relato sobre su propia enfermedad mental que la autora ha tratado de «contar con literatura». «La depresión es un diálogo con la muerte, porque dejas de hablar con la vida», ha reconocido en una entrevista la autora.
Sánchez ha explicado que su intención al relatar su propia experiencia ha sido la de «sacar a la depresión del encasillamiento de la autoayuda» y contar la enfermedad desde un punto de vista literario. En su novela, Virginia Woolf o Simon Critchley se convierten en apoyos para relatar los momentos más duros de «una enfermedad invisible».
«La depresión esta encasillada en la autoayuda y parece que no se puede hacer nada literario con ella. Solo hay consejos para cómo salir de la depresión o vencerla, cuando la realidad es que no hay que vencer a nadie, tú solo te quieres curar por dentro», ha defendido.
En el caso de Sánchez, pasó por una depresión endógena, motivada por causas interiores y cuya solución es puramente medicinal –la exógena sería por causas externas, como una ruptura amorosa, por ejemplo–. «Es una enfermedad mental invisible, y lo digo yo que he pasado un cáncer a los 16 años», ha apuntado.
«Ahí, con el cáncer, tenia el apoyo de todos, te hacías una radiografía y veías que el problema era real, estaba reconocido y las personas te tienen que apoyar porque es una de las enfermedades más horribles que hay. La depresión es igual de horrible, pero no puedes demostrarla y parece más un cuento y que eres un vago que otra cosa», ha señalado.
Sánchez califica a la depresión como «una enfermedad misteriosa, muy abstracta, muy profunda, difícil de diagnosticar y de comprender». «Habrá depresiones más crueles, pero en mi caso ha sido muy traumática y he sufrido efectos secundarios por las pastillas», ha afirmado, para luego matizar que ni siquiera la medicación la desconectaba de la realidad.
«La vida es un chorro de agua fría y siempre está ahí, lo único es que tu capacidad de entender la vida y tu comprensión de la vida es diferente. Lo único positivo de esa medicación, por decir algo, fueron los sueños que tuve –y que aparecen en el libro– y sabía que nunca más en la vida iba a estar así», ha indicado.
Sánchez califica como «pandemia alternativa» a las enfermedades mentales y considera que es aún peor, porque «no se quiere ver nunca». «He escrito un libro que va contra lo que se quiere mostrar en el mundo normal: la ciencia va a toda velocidad, pero nosotros nos hemos quedado anticuados emocionalmente para asimilar y hablar de las enfermedades mentales», ha lamentado.
UNA PERSONA «NORMAL»
A día de hoy, la escritora ya no toma medicación y es «una persona normal». «Una persona normal para la sociedad es alguien a quien no le sucede ningún tipo de cataclismo ni se vuelve tarado, personas que no están desviadas emocionalmente. Pero la normalidad es un concepto bastante adulterado y vacío de contenido», ha alertado.
«Yo pensaba que no saldría de la depresión, pero es que es una enfermedad que se tarda mucho en curar. Es algo a largo plazo, que tiene muchos efectos secundarios y se necesita bastante apoyo de las personas que tienes cerca», ha concluido.