No hay nada más rico que unas natillas hechas con la receta de la abuela, pero hoy te traemos unas natillas caseras de queso crema son una forma de tomar este dulce un poco diferente. Lo mejor es que resultan muy económicas y fáciles de hacer.
Las natillas
Las natillas son un postre lácteo muy extendido en la gastronomía española. Se trata de una crema elaborada con leche, yemas de huevo, azúcar y aromas como la vainilla o el limón.
Orígenes
Aunque se desconoce el origen exacto de las natillas, generalmente se sitúa su nacimiento en los conventos a lo largo de Europa. Esta teoría presenta coherencia debido a la naturaleza sencilla de su elaboración, su reducido coste económico y su riqueza alimentaria basada en grasas animales y proteínas al contener huevos y leche.
Por todo esto, constituiría un plato idóneo para los conventos, donde siempre ha existido cierta potenciación en el desarrollo de la cocina dulce a la par de cierta cultura de austeridad que potenciaba la sobriedad en el yantar, lo que derivaba en el máximo aprovechamiento posible de los alimentos y sus recetas en pos de platos sencillos pero nutritivamente completos.
Más teorías
Otras teorías sitúan su origen en la repostería francesa debido a las frecuentes épocas doradas de las que fue protagonista. Su notabilidad comenzó ya en la época de la República Romana dotando de ciertas directrices el estilo culinario que hoy conocemos como cocina mediterránea pese a que en la actualidad no es principal su presencia en Francia.
La posterior introducción de las especias a lo largo de la Edad Media imprimió el singular carácter que tiene en la actualidad la cocina franca aunque no fue hasta el Renacimiento, que trajo consigo el retorno de los placeres mundanos en todos los ámbitos de la vida cotidiana, el desarrollo fundamental de golosinas, pastelillos y demás manjares reposteros.
El queso crema
El queso crema es un tipo de queso untable que se obtiene al cuajar mediante fermentos lácticos una mezcla de leche y nata. Se trata de una crema blanca, distribuida en envases similares a los de margarina o mantequilla. Se consume en desayunos y postres. Así mismo, es el ingrediente principal de algunos pasteles de queso.
El queso crema aporta:
- Proteínas: esenciales para el crecimiento y mantenimiento de tejidos como los músculos, la piel, el cabello, las uñas, etc.
- Grasas: principales fuentes de energía, que permiten la absorción de vitaminas liposolubles –también presentes en el queso crema-.
- Fósforo: que ayuda a mejorar la digestión, a limpiar los riñones, mantener dientes y huesos fuertes y aumentar la energía.
- Vitamina A: importante para la visión. Ayuda también al buen funcionamiento de órganos como el corazón, los riñones y los pulmones.
- Vitamina D: que ayuda a absorber el calcio, lo que es un gran beneficio para la salud ósea.
- Vitamina B2: responsable de descomponer las proteínas, las grasas y los carbohidratos.
- Vitamina B3: también llamada ‘niacina’, que favorece los procesos metabólicos, permite la producción de neurotransmisores y la síntesis de las hormonas.
- Vitamina B12: una de las vitaminas más importantes, pues ayuda a mantener sanas las neuronas y los glóbulos sanguíneos. Además, previene la anemia.
- Ácido fólico: que ayuda a prevenir defectos en el sistema inmune
Historia del queso crema
A mediados de 1800, muchas granjas lecheras estadounidenses rodeadas de tierras de pastoreo fértiles estaban produciendo una versión más fresca, sin envejecimiento, de lo que en Europa se conocía como Neufchatel.
Y fue en Chester NY, cuando el lechero Lawrence un fabricante de productos lácteos, aumentó el contenido de crema en la receta original utilizada en su fábrica y obtuvo un queso crema, algo inesperado y brillante, resultado del experimento. Fue entonces cuando se creó la producción en masa del queso crema nuevo llamado “Filadelfia“.
En un principio, Lawrence se refirió simplemente a su nuevo producto como “queso crema”. Vendió modestamente lo suficientemente como para atraer la atención de un astuto distribuidor de queso, Reynolds, que lo reenvasó bajo el nombre de “Philadelphia Cream Cheese” y posteriormente la adquirió “Kraft Cheese Company”.
En 1928, Filadelfia ahora pertenece al grupo Kraft y experimenta su primer éxito comercial.
En 1960 y 70, Filadelfia llega a Europa y las ventas se desarrollan con éxito en Inglaterra, Alemania, Italia y España. En 1985 hace su debut la versión de los productos Philadelphia más bajos en grasa y en lo adelante, presenta otras versiones de queso crema con verduras, Pepper y otros sabores como cebollino, pastel de queso y nachos con versiones más cremosas, para ofrecer una gran variedad de queso crema a la población mundial.
De este modo la marca se ha convertido en el queso industrial de mayor venta en el mundo.
Ingredientes:
- 300 gramos de queso crema 500 ml de leche
- 200 ml de crema de leche
- 4 yemas de huevo
- 100 gramos de azúcar
- 2 cucharaditas de esencia de vainilla
- 2 cucharadas de maicena
¿Cómo preparar natillas caseras de queso crema?
En la licuadora o batidora mezclar el queso crema con la leche y la crema de leche.
En un bol aparte, batir las yemas junto con la mitad del azúcar y la maicena, hasta lograr una crema homogénea de color amarillo claro.
Reservar ½ taza de la mezcla de las leches.
En una olla, calentar la mezcla de las leches licuadas con el resto del azúcar y la vainilla, removiendo constantemente a fuego medio hasta que comience a hervir.
Añadir la ½ taza de las leches a la crema de las yemas de huevo, mezclar bien y agregar esto a la olla. Bajar el fuego.
Revolver todo para que se integre, y continuar removiendo durante 2 minutos.
Retirar del fuego cuando la crema comience a hervir.
Servir en cuencos individuales o en un molde circular.
Dejar templar y por último meter en la nevera durante una hora.
El acompañamiento ideal
No hay problema si este postre se cocina el día anterior. El frío le sienta muy bien a las natillas caseras de queso y las frutas también, o pueden elegirse unas ricas galletas tipo María.
Igualmente puedes preparar un acompañamiento en frío muy fácil: trocea ½ k de frutas (fresas, melocotones, etc.), ponlas en un cuenco, agrega 3 cucharadas de azúcar y un chorro de limón, lo metes a la nevera mientras las natillas se hacen, y cuando las sirvas colocas las frutas por encima. Espolvoréalas con canela y tendrás un postre de primera para toda la familia.