Crecimos con ellos, los imitamos y los parodiamos en su momento. A día de hoy, algunos de sus eslóganes todavía perduran en nuestra memoria y en nuestro vocabulario. A continuación, veremos algunos de los anuncios que marcaron nuestra infancia y adolescencia.
[nextpage title=»El hombre de Martini»]
10El «calvo de la lotería» se fue, y con él, nuestra suerte
Vamos a acabar, no con un anuncio, sino con un persona que seguramente pasará a la historia de la publicidad. Si decimos el nombre de Clive Arrindell, seguramente nos sonará a chino, pero es porque nosotros lo conocemos como «el calvo de la lotería».
Este hombre se pasó ocho navidades intentando que compráramos billetes de lotería. Eran buenos tiempos: los anuncios tenían moraleja, eran mágicos, y nos iba bien.
Pero desde que este hombre desapareció de nuestras vidas, las cosas no van tan bien. ¿Nadie ha pensado que desde que el señor Arrindell desapareció de nuestras televisiones en el 2006, en general todo ha ido a peor? Puede que incluso tenga relación. Ahora solo intentamos no horrorizarnos con los anuncios, mientras nos dan más material para parodias.