Una vez más, el Real Madrid que dirige Zinedine Zidane pasa por horas bajas. El varapalo que supuso haber caído de la Champions League a manos del Chelsea era algo que podría entrar entre los planes; sin embargo, lo malo de toda la situación vino por cómo se cayó. El conjunto londinense no solo fue superior al equipo blanco, el problema es que no dio margen al más mínimo atisbo de duda; porque la superioridad de los de Thomas Thuchel fue tal que de haber sido un poco más certeros y el portero merengue no se llamara Thibaut Courtois, la historia hubiese sido mucho peor. Al ver esta eliminación, los blancos pueden sacar muchas conclusiones, aunque las más contundentes dejan en muy mal aposición al entrenador francés.
Ciertamente lo de Zidane esta temporada ha sido una constante montaña rusa; porque ha logrado combinar momentos especialmente malos, en los que ha sido duramente criticado, con otros de genialidad pura, en los que sus planteamientos funcionaron y obtuvo grandes triunfos. Justo en este tramo final ha entrado en la zona en la que es fuertemente juzgado y su cargo vuelve a estar en juego una vez más. Lo sucedido ante el Chelsea ya comienza a pasar factura y son muchas las voces que piden a Florentino Pérez que evalué su situación; todo al ver que ante los blues cometió errores de bulto, impropios de una entrenador de su calibre y en una instancia en la que no había margen de error. Las malas decisiones que tomó costaron muy caro y ahora podría decir adiós por unos fallos que se pudieron haber evitado.
3Tardó mucho en meter mano
Ya el último error que cometió Zidane en el duelo ante el Chelsea fue que, luego de darse cuenta que se equivocó totalmente con el planteamiento, no cambió rápido el dibujo del equipo. Esa pizarra que tantas veces le había funcionado, como ante el Barcelona o ante el Liverpool, esta vez le falló y en vez de dar marcha atrás para que el equipo tratará de levantarse, el galó siguió esperando en vano alguna respuesta. Hazard brillaba por su ausencia, Vinicus se vio desbordado, el mediocampo hizo aguas ante un portento físico como el de Kanté y Jorginho y Benzema era un islote apartado de todos los demás; todo eso tardó más de una hora en verlo y cuando hizo los cambio ya todo fue muy tarde.
Tuchel armó un buen equipo que lo privo de explotar todas las virtudes que tiene y los puso a chocarse una y otra vez de frente contra su defensa, a correr detrás de Kanté y a sufrir de la explosividad de Mount. Con un Zidane más concentrado en ganar la eliminatoria en lugar de complacer a «vacas sagradas» y jugadores favoritos, tal vez el dominio del Chelsea no hubiese sido tan categórico; sin embargo, esa pasividad en la banda sorprendió a todos y dejó al equipo blanco a merced de otro que se vio infinitamente superior. Ahora el futuro no está nada claro para el galo y aunque sobre la mesa podría tener ofertas interesantes, pronto deberá decidir si acepta alguna de ellas o permanece en un Madrid en el que se epsera que reflexione y haga mucho mejor las cosas.