Una vez más, el Real Madrid que dirige Zinedine Zidane pasa por horas bajas. El varapalo que supuso haber caído de la Champions League a manos del Chelsea era algo que podría entrar entre los planes; sin embargo, lo malo de toda la situación vino por cómo se cayó. El conjunto londinense no solo fue superior al equipo blanco, el problema es que no dio margen al más mínimo atisbo de duda; porque la superioridad de los de Thomas Thuchel fue tal que de haber sido un poco más certeros y el portero merengue no se llamara Thibaut Courtois, la historia hubiese sido mucho peor. Al ver esta eliminación, los blancos pueden sacar muchas conclusiones, aunque las más contundentes dejan en muy mal aposición al entrenador francés.
Ciertamente lo de Zidane esta temporada ha sido una constante montaña rusa; porque ha logrado combinar momentos especialmente malos, en los que ha sido duramente criticado, con otros de genialidad pura, en los que sus planteamientos funcionaron y obtuvo grandes triunfos. Justo en este tramo final ha entrado en la zona en la que es fuertemente juzgado y su cargo vuelve a estar en juego una vez más. Lo sucedido ante el Chelsea ya comienza a pasar factura y son muchas las voces que piden a Florentino Pérez que evalué su situación; todo al ver que ante los blues cometió errores de bulto, impropios de una entrenador de su calibre y en una instancia en la que no había margen de error. Las malas decisiones que tomó costaron muy caro y ahora podría decir adiós por unos fallos que se pudieron haber evitado.
2Ese planteamiento ante el Chelsea
Entre las malas decisiones de Zidane no solo se encuentra esa de exprimir hasta la saciedad a sus hombres titulares, al punto de que ahora están reventados; ante el Chelsea le dio un ataque de «entrenador», de esos que tantas veces le han dado a Pep Guardiola cuando quiere darse aires de «inventor del fútbol». Contra los ingleses falló a todos los códigos que pueden existir en el vestuario y además removió la alineación de una forma tan inverosímil que ni sus propios jugadores lograron entender el dibujo. Lo primero que hizo mal fue darle entrada a hombres como Sergio Ramos, Hazard y Mendy, que apenas estaban saliendo de lesiones. Pese a su importancia y a lo que representan en el vestuario, sobre todo Ramos, el tono físico y el ritmo competitivo son cosas que no se recuperan con el nombre y eso Zidane lo olvidó por completo.
Para poder colocarlos no solo cambió el sistema, sino que dejó a otros que estaban en mejor forma física afuera para meterlos a ellos y en otros casos fue peor, pues puso jugadores fuera de sus puestos. El peor de estos casos fue el de Vinicius; porque para dejarle la banda izquierda a un recién recuperado Hazard, el entrenador galo colocó al brasileño de carrilero y además por su banda mala, la derecha. Obviamente, nada de esa locura funcionó. Hazard estuvo invisible y Vinicius no pudo ser feroz en ataque y en defensa cometió muchos errores. El dibujo de Zidane falló y su ataque de «inventor» dificultó mucho más las posibilidades de un Madrid atado por su propio esquema mal armado.