La Cátedra Google sobre Privacidad, Sociedad e Innovación de la Universidad CEU San Pablo ha celebrado su XXII Seminario Permanente en el que diversos expertos internacionales en privacidad y protección de datos han resaltado la necesidad de aprobar una regulación de la privacidad electrónica que promueva la innovación y el desarrollo económico europeo.
Así lo han dado a conocer los impulsores de la Cátedra, que han explicado que los expertos han dialogado sobre el ‘Reglamento ePrivacy: desafíos y oportunidades de las tecnologías de protección de la privacidad’.
El seminario ha sido moderado por José Luis Piñar Mañas, catedrático de Derecho Administrativo y titular de la Cátedra Google, quien ha puesto de relieve las consecuencias que esta regulación europea tendrá para la privacidad de las personas y para el desarrollo de la innovación tecnológica, así como para la innovación basada en datos.
En este sentido, Piñar ha señalado que «los derechos fundamentales son el núcleo de Europa«, incluyendo el derecho a la privacidad y la protección de datos, y cree que la futura regulación deberá «equilibrar dos puntos clave, el de los derechos fundamentales y el futuro papel de Europa en el escenario tan complicado que surge tras la pandemia.
Durante su ponencia, João Ferreira Pinto, agregado de Asuntos Digitales de la Representación Permanente de Portugal ante la Unión Europea, ha indicado que la regulación ePrivacy representa un desafío para organizaciones, personas y usuarios, pero también una gran oportunidad para obtener ventajas en un mundo muy competitivo.
Ferreira ha repasado los esfuerzos realizados durante la Presidencia portuguesa del Consejo de la UE para alinear la propuesta de la Comisión al máximo posible con el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y actualizar el texto que se presentó en 2017, ya que desde entonces «el mundo ha cambiado mucho desde una perspectiva tecnológica, humana, económica y social».
Ha apuntado los tres objetivos que debe tener la futura regulación de la privacidad: garantizar un alto nivel de protección de datos tanto a las personas físicas como jurídicas, fomentar el libre flujo de datos dentro de la Unión Europea y promover la innovación. Ferreira ha concluido que este se trata de «un verdadero desafío y una oportunidad para volverse más competitivo, en la feroz y competitiva ‘aldea global’ que es el mundo de hoy».
Por su parte, el director de Infraestructuras, Privacidad y Seguridad en la patronal Digital Europe, Alberto Di Felice, ha destacado el interés de participación que esta regulación ha generado entre muchos y diversos actores industriales; algo que se debe a que es una «propuesta muy amplia, que genera preocupación en muy diferentes sectores».
Esta preocupación viene dada, según ha comentado Di Felice, por el proceso de digitalización que se ha producido en la economía durante los últimos años, desde la sanidad hasta el sector del transporte.
Por otro lado, ha subrayado el miembro de Digital Europe la necesidad de «tener reglas que permitan innovar» y ha puesto como ejemplo la existencia de referencias a la anonimización en la base legal para el tratamiento. «En caso contrario no se estaría permitiendo que se usen datos anónimos de formas innovadoras», ha remarcado.
La diputada del Parlamento Europeo (S&D) y rapporteur sobre el Reglamento ePrivacy, Birgit Sippel, ha comentado la importancia de poner el foco sobre la protección de los derechos fundamentales en la regulación de la privacidad. «la protección de las comunicaciones y la protección de la privacidad es una condición previa para proteger también otros derechos fundamentales, para proteger la democracia», ha agregado.
La eurodiputada alemana ha explicado que la actual propuesta «ni siquiera se acerca al mínimo» que se debería esperar de la normativa de privacidad electrónica; «ese mínimo es no bajar del nivel de protección» que hay con la directiva de privacidad electrónica actual y el RGPD.
Según Sippel, existe la impresión de que la propuesta del Consejo podría en algunos supuestos entrar en conflicto con los postulados de la legislación actual.
Respecto a las tecnologías protectoras de la privacidad, los ponentes han coincidido en que estas pueden permitir la creación de nuevos servicios e industrias, innovación, a la vez que proteger la privacidad de las personas, y son un elemento clave de la privacidad desde el diseño.