El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha llamado a reflexionar sobre cómo aumentar las herramientas macroprudenciales disponibles para mitigar los efectos de crisis futuras y ha advertido de que en los próximos años será también necesario desarrollar una política macroprudencial para el segmento financiero no bancario.
En una conferencia en la Universidad de Zaragoza, el gobernador ha advertido de que la política macroprudencial para el sector bancario «puede no ser suficiente para contener los riesgos sistémicos que amenazan la estabilidad financiera si esta deja fuera al resto de los sectores financieros».
Según ha puesto de manifiesto, la introducción de nuevos requerimientos en una parte del sector financiero podría desplazar los riesgos a otros sectores del sistema financiero que estén menos regulados o sujetos a una regulación más laxa.
«Es por ello indispensable contar también con un marco macroprudencial que pueda alcanzar a todos los segmentos del sistema financiero. Sin embargo, hasta la fecha, la política macroprudencial se ha circunscrito en gran medida al sector de entidades de crédito», ha descrito.
Por otra parte, durante su intervención ha explicado que es precisamente durante las crisis cuando el colchón de capital anticíclico y, en general, los instrumentos que incrementan los requerimientos de capital, desarrollan «todo su potencial» a través de los efectos de su liberación.
Esta situación debería llevarnos a una reflexión sobre cómo conseguir aumentar el espacio macroprudencial disponible, ampliando así la capacidad para mitigar los efectos de crisis futuras, tanto las originadas por desequilibrios macrofinancieros endógenos de la economía como las que lo son por factores exógenos al sector financiero», ha señalado De Cos.
En esta línea, el gobernador ha recordado que algunas autoridades nacionales, como la de Reino Unido, han flexibilizado la implementación del marco original del colchón de capital anticíclico para exigir su acumulación en ausencia de alertas por desequilibrios sistémicos, según la métrica de la brecha de crédito-PIB.
«Bastaría con que la economía no se encuentre en un entorno recesivo para exigir un colchón de capital anticíclico positivo que pueda ser liberado cuando se materialice cualquier perturbación que lleve a situar al PIB en valores inferiores a su potencial. Los acontecimientos en torno al shock del Covid-19, de origen completamente externo al sistema financiero, han demostrado las bondades de este enfoque en el uso del colchón anticíclico», ha valorado.
En cualquier caso, ha reiterado que el Banco de España no activará este instrumento por un período largo de tiempo, «al menos hasta que no se hayan absorbido los principales efectos de la crisis», con el objetivo de eliminar la potencial incertidumbre que pueden tener las entidades sobre el momento de acumulación de los colchones de capital, lo que «podría desincentivar» su provisión de crédito al sector privado.