Como sea que los preparemos: revueltos, en tortillas, cocidos, fritos, escalfados; los huevos de aves, sobre todo de gallina, son básicos en la cocina de muchos países, pues son muy versátiles. Para incluirlos en recetas dulces y saladas que nos acompañen día tras día en nuestra dieta diaria y es probable que hayas observado que algunos tienen la cáscara arrugada.
Además, es un alimento rico en proteínas, bajo en calorías, y una fuente importante de aminoácidos esenciales, ácidos grasos, vitaminas y minerales. Hay maneras indiscutibles de prepararlos y degustarlos, los huevos gustan tanto a grandes y pequeños, al momento de consumirlo bien sea solos o preparados en conjunto con verduras, hortalizas, queso, jamón, tocineta, sean blancos o amarillos.
¿Pero sabías que los huevos de vez en cuando nos sorprenden?, y eso ocurre cuando de su interior aparecen dos yemas. Entonces, nos asalta la duda y nos hace pensar si se puede comer o es mejor desecharlo.
6Otras vitaminas y minerales
Sin olvidar por supuesto el aporte de vitaminas D, E y B12, tiamina, riboflavina, niacina, ácido pantoténico, piridoxina, folato, biotina, calcio, hierro, zinc, magnesio, fósforo, potasio, selenio y sodio. Este es un fenómeno muy poco común pero no es nada complicado que ocurra en las gallinas e incluso hay quienes aseguran de casos excepcionales donde se han encontrado hasta 3 yemas.
Así que si alguna vez al romper un huevo eres sorprendido por dos yemas, en su interior, cálmate, relájate y disfruta de su sabor extra, de todos sus nutrientes por partida doble. E incluso científicamente se ha comprobado y desmentido la mala fama del huevo, que lo relacionaba con un mayor riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular.