El café es una de las bebidas más consumidas en cualquier parte del planeta. Hay a mucha gente a la que le encanta su sabor. Pero independientemente de esto, los granos de café contienen una sustancia llamada cafeína que hacen que esta bebida sea tan valorada. Porque tiene un efecto energizante que la mayoría de las personas utilizan para despertarse por las mañanas o como ayuda en momentos determinados y puntuales del día cuando sienten que las fuerzas empiezan a faltar. Pero también tiene su lado oscuro y sus peligros, como vamos a ver.
Como ocurre con todo en la vida, el abuso no es bueno. Y con el café pasa lo mismo. Un exceso de esta bebida puede tener efectos negativos o contraproducentes en el organismo humano, entre ellos para el cerebro. Hay mucha gente que es consciente de ello y procura no abusar. Pero también hay mucha otra gente que desconoce estos efectos. Por eso hoy queremos contarte qué es lo que puede llegar a pasarte si abusas a diario del café.
2El café y la cafeína actúa rápidamente en tu cerebro
Lo sabroso, eficaz e inmediato es irresistible. No en vano hace que el café sea el segundo producto más intercambiado del planeta tras el petróleo. La cafeína del café actúa muy similar a la adenosina, la sustancia que se va acumulando en tu cerebro. Cuanta más hay, más cansado te sentirás. Por el contrario, durante el sueño su concentración disminuye para estar más activo.
¿Por qué llega tan rápido a tu cerebro? Porque viaja directamente por el torrente sanguíneo hasta el cerebro, donde compite y se une con la adenosina. Por eso desciende el sueño y el cansancio, disminuyendo la prioridad relajante. Sin embargo, su abuso acaba afectando, porque tu cerebro para defenderse acaba creando más adenosina, con lo que necesitas más cafeína, creando al final un efecto de abstinencia si quieres dejarlo.
Además, según un reciente estudio de la Universidad de Basilea en Suiza, el consumo diario de cafeína puede afectar a la estructura de tu cerebro. Los resultados sorprendieron, porque no sólo afectaba al sueño, como ya sabían, sino que observaron en los voluntarios cambios relevantes en el volumen de la sustancia gris cerebral. Por supuesto todos los participantes eran sujetos sanos y jóvenes, sin sospecha de cualquier otro motivo.