La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando ha afirmado que en el año 1823 intercambió con el académico Evaristo Pérez de Castro un cuadro de San Juan Bautista entonces atribuido a Alonso Cano por un ‘ecce homo’ de Caravaggio similar al atribuido supuestamente al maestro italiano en la subasta de la casa Ansorena.
Precisamente, este viernes 23 de abril se ha conocido que los herederos de la familia Pérez de Castro son los propietarios del Caravaggio que iba a salir a subasta hace unas semanas por 1.500 euros.
La Real Academia de Bellas Artes ha salido al paso de la publicación de estas informaciones haciendo públicos los trabajos de investigación de la doctora Itziar Arana, coordinadora del Centro de Estudios I+D+I de la RABASF, y que ponen de relieve que el supuesto Caravaggio podría haber estado en la Academia.
«Evaristo Pérez de Castro, académico de Honor de esta Real Academia desde 1800, aficionado a las artes y refinado coleccionista, propuso en 1823 a esta corporación la permuta de una obra de su propiedad –un San Juan Bautista entonces atribuido a Alonso Cano–, por una obra de la Academia a elegir entre un listado de cuatro, entre las que se encontraba un ‘Ecce-Homm’ de Caravaggio», recoge el trabajo de la especialista.
En junta ordinaria del 16 de febrero de 1823, la Academia aprobó dicho cambio tal y como consta debidamente documentado en el archivo. «Con esta noticia queremos dar a conocer a nuestros seguidores el trabajo de investigación y asesoramiento que en favor de la conservación del Patrimonio Histórico Artístico Español se realiza desde esta Real Academia», ha añadido.
Los propietarios tienen un plazo de diez días desde recibir la notificación para permitir la inspección visual directa de la obra para su valoración como BIC.
Según la descripción del bien de la declaración, «existen fundadas razones formales y documentales para considerar que es probablemente obra original de Michelangelo Merisi di Caravaggio (1571-1610), que estuvo en el siglo XVII en la colección del secretario de la corte de Nápoles don Juan de Lezcano, la cual pasó sucesivamente a la del virrey conde de Castrillo, con la que habría llegado a Madrid».
La confirmación de su autoría requerirá de estudios técnicos especializados para los cuales la propiedad de la obra deberá proporcionar acceso a los investigadores conforme a la normativa jurídica vigente.