Los hijos con padres afectados por dermatitis atópica tienen un 80% de probabilidad de padecerla

Los hijos de un padre afectado con dermatitis atópica tienen una probabilidad del 50% de desarrollar esta afección cutánea y si los dos padres están afectados «la probabilidad se dispara hasta el 80%», según el dermatólogo del Hospital IMSKE Manuel Rueda que ha añadido que la «inmensa» mayoría de casos aparecen antes de los 5 años.

En los últimos 30 años la dermatitis atópica se ha triplicado en España, según ha señalado en un comunicado el centro que se basa en un estudio publicado por el Servicio de Dermatología del Hospital Niño Jesús de Madrid y en el que ha destacado que «el factor genético es determinante, pero también los cambios ambientales».

La dermatitis atópica produce un cambio en la estructura de las grasas superficiales de la piel, por el que el agua se evapora y da a la piel un aspecto muy seco, según las mismas fuentes que subrayan que las células inflamatorias liberan diferentes sustancias que provocan picor y que el paciente se rasque. Al rascar, se estimulan las células de la epidermis, se activa su división y se producen otras sustancias que estimulan las células inflamatorias creando así un ciclo de picor, rascado, picor.

Los brotes de dermatitis atópica pueden llegar a angustiar a los padres, que en ocasiones se sienten responsables por no elegir adecuadamente los productos de higiene diaria, especialmente en bebés, pero hay que destacar que el factor genético es de «suma importancia» en esta patología, según las mismas fuentes.

El aumento de casos de dermatitis atópica es paralelo al de otras atópicas y la reducción de las infecciones en la infancia podría ser responsable de la desviación del sistema inmunitario hacia las respuestas de tipo alérgico, según las mismas fuentes que apuntan a que distintos estudios sugieren que las infecciones virales o bacterianas tempranas podrían proteger del desarrollo futuro de enfermedades atópicas.

En este sentido, «una de las hipótesis sugeridas, basada en que este aumento de prevalencia se da especialmente entre niños de países desarrollados en medios urbanos, sería la de que la menor exposición a alérgenos comunes -por ejemplo los provenientes de animales domésticos o de granja- favorece el desarrollo de reacciones alérgicas en el espectro de la atopia en estos niños, entre las cuales se encuentra la dermatitis atópica».

RECOMENDACIONES

«No hay forma de prevenir completamente el desarrollo de la patología, dada su naturaleza multifactorial. Lo que sí se puede hacer es actuar sobre algunos factores ambientales que actúan como desencadenantes o perpetuantes», según los expertos que recomienda priorizar baños diarios de corta duración con agua tibia, el uso de los denominados jabones syndet, que presentan una composición más acorde con la fisiología de la piel, el uso de prendas de algodón así como el uso de prendas blancas que en contacto con la piel puede ayudar al evitar la exposición a posibles alérgenos presentes en los tintes de la ropa de color. Además tras la ducha se recomienda la aplicación de una crema emoliente sin perfumes para mantener la piel hidratada y evitar la rotura de la barrera cutánea.

En los últimos años, proliferan en el sector de la alimentación y cosmético con etiquetas de «natural», según el doctor que ha indicado que «no hay que olvidar que la eficacia y la seguridad de un producto en salud se demuestra mediante la realización de ensayos clínicos controlados, y la mayoría de productos cosméticos carecen de una evidencia científica tan robusta».

Respecto a jabones hechos en casa, Rueda ha apuntado que pueden utilizarse en pacientes con piel sana. En cambio, en pacientes con patologías cutáneas «conviene utilizar otro tipo de productos que resultan más seguros por mostrar unas proporciones y cantidades de ingredientes estandarizadas y conocidas».

DIETA Y ESTRÉS

En cuanto a la dieta, como recomendación general, «no se debe evitar ningún alimento al que el paciente no sea manifiestamente alérgico ya que el riesgo, sobre todo en niños, de sufrir posibles déficits nutricionales por una carencia prematura de ciertos alimentos, es mayor que el beneficio hipotético que podría tener sobre su dermatitis». En casos resistentes al tratamiento, puede valorarse la realización de pruebas de alergia a alimentos.

Sí parece existir una relación directa es entre la dermatitis atópica y el estrés, según Rueda que ha apuntado a que un adecuado control del mismo y estabilidad emocional es fundamental para el control de esta patología.

«Un número importante de patologías que terminan afectando a estructuras más profundas comienzan por la piel, desde infecciones hasta úlceras o tumores» ha alertado el doctor que ha subrayado «patologías dolorosas que en un principio podrían atribuirse a lesiones internas tienen a veces un origen cutáneo, como las verrugas plantares o algunos tumores cutáneos».

Asimismo, el dolor en algunas articulaciones puede ser consecuencia no de una lesión traumática sino de una inflamación de las mismas, según Rueda que ha destacado que «los hallazgos cutáneos pueden ser esenciales para llegar a un correcto diagnóstico, como ocurre en el caso de la artritis psoriásica».