«Tómbola» fue uno de esos programas considerados como los ancestros de «Sálvame» y sucedáneos. Sí, con este programa empezaron los gritos, los insultos gratuitos en directo y las demandas y pleitos por airear los asuntos del corazón. Ya se dejó atrás la prensa rosa elegante, y comenzó la era de los chillidos a todo volumen.
La dinámica es la que tiene actualmente «Sálvame», y que otros programas ya desaparecidos -menos mal- habían adoptado, como «La Noria»: era una especie de tribunal, en el que el entrevistado era acosado con preguntas con crueldad y decibelios de más. Una especie de venganza, donde los periodistas toman el control, y son ellos el centro de atención.
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