Uno de los protagonistas de la gran noche del FC Barcelona en la victoria ante el Athletic Club en la final de Copa del Rey fue Antoine Griezmann. El francés se encargó de abrir el marcador con un buen gol que impulsó al conjunto blaurgana a su primer título de esta temporada al vencer al conjunto vasco por 0-4; aunque está claro que luego Lionel Messi completó una noche tremenda y se erigió como la figura principal, la calidad del atacante galo también se hizo presente. Sin embargo, algo muy seguro es que el aporte del ex del Atlético de Madrid dista mucho de ser el adecuado para un jugador de su envergadura, pues en estos momento está muy alejado de ser uno de los titulares indiscutibles para un Ronald Koeman que no termina de encontrarle la vuelta a un futbolista que se supone debería ser esencial.
Los 120 millones de euros que se pagaron al conjunto colchonero no parecen concordar con lo que ha dado Griezmann en estos casi dos años que ha vivido en el Barça; porque su aportación se ha quedado muy corta para toda la expectación y el esfuerzo que hizo el equipo para contratarlo. Con al llegada de Joan Laporta a la presidencia blaugrana y con la necesidad extrema que hay de reforzarse de cara a la próxima temporada, lo más importante es buscar fórmulas para frenar la deuda tan importante que dejó la nefasta gestión de Josep Maria Bartomeu; pero a la vez buscar caminos para fichar algún crack y mantener a Messi en la plantilla. En ese sentido el mandatario ya ha pensado algunas cosas; aunque todas ellas pasan por hacer algunas ventas y una de las primeras que estaría apuntada sería la del atacante galo.
Griezmann quiere mantener su alto salario
Está claro que la venta del francés no resolverá mucho, pues el Griezmann actual no valdría más de 60 millones de euros, según algunos medios; pero el caso es que con ese dinero algo se podría reunir y Laporta está dispuesto a arriesgarse con su salida, más que nada para quitarse la enorme ficha, que deberá crecer con el paso de las temporadas, que tiene el francés. Si embargo, el presidente de la entidad catalana se encontrará con una enorme piedra en el camino y ese no es otro que el propio Griezmann. Algunos medios hablan de que el francés se niega por cualquier medio a salir del conjunto azulgrana, porque piensa que aún puede aportar algunas cosas; aunque de no haber otra alternativa y lo empujen a la puerta de salida, este tiene una condición que no piensa negociar por nada.
Pese a que no quiere escuchar nada de una salida, ya habría hablado con Laporta y su petición no sería otra que una salida a un club de élite que le garantice los 23 millones de euros que tiene ahora de salario. El delantero piensa vender muy cara su piel en caso de tener que abandonar el barco y por eso le ha dicho al presidente azulgrana que esa es su única condición, que el equipo al que lo quieran vender debe asegurarle su astronómica ficha durante las próximas temporadas. Los problemas en al mesa ya están servidos, pues con solo 15 goles y 11 asistencias no parecen números para jugador que pretenda cobrar tal cantidad de dinero; eso sin contar con que ningún equipo estaría dispuesto a apostar por un futbolista y pagarle esa ficha, luego de ofrecer tan poco y que además ya está en sus 30 años.
Una salida que parece inevitable
Si bien esa condición de Griezmann frustra mucho los planes de Laporta, la verdad es que algunos clubes podrían estar tras su pista; el problema es que lo más probable se echarían para atrás al conocer que el delantero quiere que le paguen 23 millones de euros por campaña. No obstante, clubes como Arsenal, Manchester United, Manchester City, Juventus, Inter de Milán y PSG si que estarían interesados en hacerse con los servicios del Campeón del Mundo en Rusia 2018; aunque claro está, solo si acceder a rebajarse su astronómica ficha. Su fútbol podría crecer una vez más alejado de la presión que supone estar en un club como el Barcelona, en el que no se ha conseguido adaptar al sistema y en el que el entrenador claramente no confía en sus cualidades, algo que no parece que vaya cambiar en un futuro cercano.
Koeman tiene por delante otras preferencia, como Ousmane Dembélé o incluso un cambio de sistema que dejaría a Griezmann en el banquillo; pero lo que si es seguro es que no se opondrá a su salida, pues en sus planes no ocupa un papel central. Además, el mismo jugador ya estaría pensando en sus próximos pasos; porque con el Mundial de Qatar más cerca, su idea es llegar con el máximo rodaje posible y viendo minutos de forma intermitente en el Barcelona no podrá lograrlo. Incluso su situación podría empeorar, esto debido a que cuando se recupere Ansu Fati contaría con muchos menos minutos. Todos los caminos le indican a Griezmann que abandone la entidad catalana; pero para eso deberá ceder y bajarse esa enrome ficha que tiene. Ya Laporta está manos a la obra para lograr eso y espera lograr un acuerdo que beneficie a todas las partes.