Más de un año después del primer estado de alarma en España, seguimos dándole vueltas al tema de las mascarillas. Aunque ya forman parte obligatoria de nuestro día a día, todavía continúan dando mucho que hablar. Se sabe es que una de las medidas más efectivas para prevenir contagios de Covid-19, ya que cubre boca y nariz, impidiendo la infección por aerosoles. Podemos encontrarás de varios tipos, como las higiénicas, las quirúrgicas o las que FFP2 y FFP3 que forman parte de los equipos de protección individual, y que son los niveles de filtrado garantizan.
3MEJOR PROTECCIÓN Y MENOS GAFAS EMPAÑADAS
Desde que el uso de este elemento de protección se generalizó como forma de prevenir contagios, han ido surgiendo constantes debates sobre cuáles son las mejores, cuáles son las pautas de uso, qué se debe hacer y que no… Y mientras los expertos epidemiólogos se han estado cuestionando cuál es la mejor solución, los ciudadanos nos hemos visto, en ciertas ocasiones, en un mar de confusión. Pero ahora, parece que tenemos una clave que resulta ser de vital importancia: el ajuste. Las nuevas mascarillas por tallas del CSIC, permiten que los usuarios puedan adquirir el tamaño adecuado y adaptado a su rostro, para que no haya opción de que se filtren partículas por los huecos. Al no dejar espacios para que salga el aire, también evitan que se empañen las gafas, un problema colateral del uso de la mascarilla, verdaderamente molesto e incómodo.