La Organización Mundial de la Salud ha alertado de que, «a pesar de la creciente conciencia de la amenaza urgente de la resistencia a los antibióticos», sigue habiendo escasez mundial de antibióticos innovadores, lo que impulsa la propagación de la resistencia a los medicamentos.
«El mundo sigue sin desarrollar tratamientos antibacterianos que se necesitan desesperadamente», señala un informe que revela que ninguno de los 43 antibióticos que se encuentran actualmente en desarrollo clínico aborda suficientemente el problema de la resistencia a los medicamentos en las bacterias más peligrosas del mundo.
«El fracaso persistente para desarrollar, fabricar y distribuir nuevos antibióticos eficaces está alimentando aún más el impacto de la resistencia a los antimicrobianos (RAM) y amenaza nuestra capacidad para tratar con éxito las infecciones bacterianas», advierte el doctor Hanan Balkhy, subdirector General de la OMS sobre RAM.
El impacto de la resistencia a los antimicrobianos es más severo en entornos con recursos limitados y entre grupos vulnerables como los recién nacidos y los niños pequeños. La neumonía bacteriana y las infecciones del torrente sanguíneo se encuentran entre las principales causas de mortalidad infantil en menores de 5 años. Aproximadamente el 30% de los recién nacidos con sepsis mueren debido a infecciones bacterianas resistentes a múltiples antibióticos de primera línea.
El informe incluye por primera vez una descripción general completa de los medicamentos antibacterianos no tradicionales. Destaca 27 agentes antibacterianos no tradicionales en proceso que van desde anticuerpos hasta bacteriófagos y terapias que apoyan la respuesta inmune del paciente y debilitan el efecto de las bacterias.
Asimismo, señala que hay algunos productos prometedores en diferentes etapas de desarrollo. Sin embargo, solo una fracción de estos llegará al mercado debido a los desafíos económicos y científicos inherentes al proceso de desarrollo de fármacos. Esto, junto con el pequeño retorno de la inversión de los productos antibióticos exitosos, ha limitado el interés de los principales inversores privados y de la mayoría de las grandes empresas farmacéuticas.
Además, confirma que la cartera preclínica y clínica sigue siendo impulsada por pequeñas y medianas empresas. Estas empresas a menudo luchan por financiar sus productos hasta las últimas etapas del desarrollo clínico o hasta que se obtenga la aprobación regulatoria.