La empanada de pollo es una delicia que llega a nosotros directo desde Galicia.
La empanada
La empanada gallega es una variedad de empanada muy popular en la cocina gallega y que forma parte de una de sus identidades. La primera empanada de la que se tiene referencia es de pollo y champiñones.
Es una preparación culinaria que se ofrece en los municipios de Galicia en las ocasiones de fiesta y romería. Suele prepararse con diversos contenidos en su interior, todos ellos procedentes de las costas y tierras gallegas. Se puede servir fría o caliente, pero no hay duda de que la empanada gallega es un manjar.
Origen
Se conocen las empanadas en Galicia desde la época de los godos en el siglo VII donde se decretan normas para su elaboración. La empanada era comida idónea para viajantes, por ser una preparación ya tapada y permitiendo evitar el contacto del interior con el polvo de los caminos.
Las empanadas gallegas aparecen ya talladas en el siglo XII en el Pórtico de la Gloria de Santiago de Compostela.
Rellenos más conocidos
Las empanadas gallegas se elaboran tradicionalmente con ingredientes regionales.
Por regla general la empanada gallega emplea diversas carnes vacunas y porcinas (como la raxo), pescados como el atún y las sardinas (xoubas), posibles mariscos, etc. Estos ingredientes suelen estar, guisados previamente.
Recomendaciones para el relleno
Pescados
Las empanadas más elaboradas en Galicia suelen ser de:
- Bonito – atún que suele presentarse desmigado. A veces procedentes de lata.
- Bacalao – generalmente procedente de un guiso previo. Una de las más populares suele ser una combinación de bacalao con pasas. Suelen ser típicas en Cuaresma.
- Las de sardinas (Xoubas) que llevan una salsa de tomate (denominada zaragallada), pimientos verdes, cebolla.
- Las de anguilas típicas de Lugo y de las zonas gallegas cercanas a los ríos.
- Las de congrio como las que sirven en Mariñas de Lugo
- Las de lamprea, muy reconocidas las de Arbo y también las de Caldas de Reyes, y
- La de atún, una de las más ricas.
Mariscos
- Zamburiñas (similares a las vieiras), es una de las más populares.[2]
- Pulpo – Que emplea pulpo cocido.
- Berberechos.
- De mejillones.
- Choco, habitualmente en masa de millo (masa de maíz).
Receta de Empanada de pollo y queso
Esta receta de empanada de pollo y queso fácil casera es muy sencilla y muy rápida de preparar ya que no se necesita preparar previamente ninguna zaragallada o relleno y la puedes tener lista en tan solo 30 minutos.
Para niños y grandes
Esta empanada de pollo y queso al horno lleva los ingredientes adecuados para que niños y no tan niños disfruten al máximo. Si nunca antes has probado esta empanada de pollo y queso se convertirá en habitual en tus menús en casa.
Ingredientes
- 4 comensales
- 250 gramos de solomillo de pollo (solomillo de pechuga)
- 200 gramos de bacon
- 200 gramos de queso rallado
- 2 láminas de masa quebrada o brisa
Preparación
Preparamos los ingredientes para esta empanada de pollo y queso fácil. El bacon lo elegimos ya cortado en daditos, y el queso es uno rallado para pizzas.
Para la carne, puedes utilizar solomillo o pechuga de pollo. La masa de la empanada la haremos con dos láminas de masa brisa o quebrada, o bien puedes animarte a prepararla siguiendo esta receta de masa quebrada sin mantequilla o esta receta de masa para quiche.
Truco: Precalentamos el horno a 170 grados.
Extendemos una lámina de masa brisa sobre su papel de horno, que disponemos sobre la bandeja del horno. Por encima colocamos el solomillo de pollo troceado con la ayuda de unas tijeras. Procura dejar un margen exterior, para poder cerrar luego la empanada con la lámina superior.
Encima del pollo añadimos el bacon, y a continuación hacemos una tercera capa con el queso rallado. Colocamos encima la segunda lámina de masa brisa y cerramos la empanada de pollo y queso casera. Puedes pintar la masa con una yema de huevo batida, aunque es opcional.
Metemos la empanada de pollo y queso al horno a 180 ºC, entre 15 y 20 minutos. Sácala cuando veas que esté dorada. Sirve la empanada de pollo y queso preferiblemente caliente. Puedes acompañarla con una escalivada con anchoas o con una gelatina de gazpacho. ¡A disfrutar!
Preparación de la masa quebrada
Primero tamizamos la harina con un colador encima de una superficie donde sea fácil trabajar. La encimera de la cocina es perfecta. Añadimos la sal y mezclamos.
Ponemos el resto de ingrediente en un bol de la siguiente manera.
Primero añadimos el azúcar y luego la mantequilla cortada en trocitos pequeños de unos 2 cm. aproximadamente. La mantequilla debe estar a temperatura ambiente.
Juntamos con las manos, sin miedo, mezclando la mantequilla con el azúcar.
Podemos emplear azúcar glass o blanquilla granulado, aunque con el azúcar en polvo es mucho más fácil trabajar. Batimos el huevo y lo echamos por encima de los anteriores ingredientes. Volvemos a mezclar hasta que esté integrado.
Hacemos un volcán con la harina en la encimera y abrimos un agujero en el medio para introducir la mantequilla con el azúcar y el huevo.
Al principio puede parecer que esta masa no será capaz de absorber todos los ingredientes pero veréis como no es así.
Amasado y reposo de la masa quebrada
Empezamos a mezclar con la punta de los dedos. Juntando poco a poco el centro del volcán con la harina hasta conseguir una mezcla semejante a arena gruesa. Como si fuesen migas.
Vamos aplastando con las manos poco a poco, para que se una bien. En unos cinco minutos la tendrás casi lista.
No es conveniente amasar demasiado para evitar que a la hora de estirarla la masa puede llegar a romperse. La cortamos en dos y aplastamos hasta que nos quede como un disco.
Ahora solo nos queda envolver las porciones en papel film (transparente) y dejarlas reposar en la nevera durante una hora. Si dejas la masa más de una hora en el frigorífico se pondrá dura y tendrás que dejar que se temple algo para extenderla. También podemos congelar la masa y dejar que se descongele poco a poco antes de usarla.