‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’ se ha convertido en uno de los programas más controvertidos y comentados de las últimas épocas. Después de 25 años de silencio Rocío Carrasco daba un paso al frente para contar, en primera persona, su verdad y la pesadilla que ha vivido por el presunto maltrato físico y psicológico por parte de Antonio David Flores. Según la hija de Rocío Jurado, su exmarido no sólo le habría arrebatado a sus hijos, sino que también se habría encargado de hundirla públicamente con mentiras hasta el punto de no querer seguir viviendo, por lo que en agosto de 2019 habría intentado quitarse la vida.
Un desgarrador testimonio que muchos han empezado a poner en tela de juicio después de un exhaustivo reportaje de investigación publicado por el diario ‘El Mundo’ en el que, basándose en sentencias judiciales e infomes médicos y psiquiátricos, la versión de Rocío Carrasco comienza a tambalearse.
Antes de abandonar Madrid después de dos semanas en la capital por motivos laborales hemos podido preguntar por este comentadísimo reportaje a Rocío Flores. Aparentemente tranquila, y mucho más animada que hace unos días, la nieta de Rocío Jurado lleva mucho mejor las informaciones que día sí y día también salen tanto de su madre como de su padre pero, fiel a su postura, guarda silencio al respecto.
Así, completamente impasible, Ro prefiere continuar al margen de la polémica y, a pesar de que escucha con atención e interés todas las preguntas relacionadas con el reportaje de ‘El Mundo’ sobre su madre y las recientes declaraciones de Rosa Benito y de Raquel Mosquera asegurando que Rociíto miente en su serie documental, la ahora colaboradora televisiva no dice ni una palabra.
Confesando que pronto regresará a Madrid porque «tengo que trabajar» y antes de coger el AVE en la madrileña estación de Atocha Rocío desvela que estos días ha echado mucho de menos a su novio, Manuel Bedmar.