La música puede llegar a ser una herramienta para deshacernos del estrés en momentos de tensión, así como también la mejor compañía cuando se requiere realizar alguna actividad, inclusive hasta nadar, porque ya hay auriculares acuáticos. En ocasiones puede servir como motivación o como un impulso extra cuando (por ejemplo) realizamos ejercicio, limpiamos el hogar, o realizamos tareas domésticas que se vuelven más llevaderas con una presencia musical, además hay zonas del cerebro que se activan cuando la escuchas.
Sin embargo, no todas las actividades se prestan para ser acompañadas por música, y es que aunque muchas personas afirmen que estudiar o trabajar con música puede ser beneficioso para ellos, otra gran cantidad de individuos opinan lo contrario, lo que crea una disputa entre quién está bien, y quién está mal.
7Es cuestión de exigencia
La exigencia cognitiva de la actividad por realizar es clave al momento de querer decidir si colocar algún audio de fondo o no. Es imposible que te recomendemos escuchar un podcast mientras estudias o haces tarea, pues tu concentración estaría orientada al podcast y no a lo que haces.
De igual modo, una actividad como el estudio o realizar una hoja de cálculo no te exige el mismo esfuerzo cognitivo que otro tipo de situaciones como barrer tu garaje, pintar una pared o ejercitarte. Por lo tanto, todo dependerá del nivel de exigencia en cuanto a concentración que se te manifieste, donde tendrás que ser honesto contigo mismo y determinar si en la situación en la que te encuentras es realmente beneficioso escuchar música.