‘Coronavirus’ y ‘covid’ también entran en un renovado Diccionario Histórico de la Lengua Española

El Diccionario Histórico de la Lengua Española ha alcanzado la cifra de 6.325 artículos publicados, tras la incorporación de 715 nuevas monografías en una actualización que ha incluido la de las amplias familias de coronavirus y covid.

De hecho, en el ámbito de las enfermedades respiratorias –que también cuenta con la redacción de voces como ‘tisis’ y ‘tuberculosis’– están las familias de coronavirus (con derivados como corona, coronaplauso, coronabebé o coronavirología y coronavirólogo) y covid (en la que se integran voces como autocovid, covidianidad, covídico, precovid o incluso covidioma o covidiccionario).

En esta décima actualización del proyecto en línea se incluyen también para su consulta la historia de palabras como ‘chal’, ‘clavecín’, ‘revólver’, ‘teremín’, ‘tisis’, ‘trompa’ o ‘tuberculosis’.

A palabras que designan enfermedades y partes del cuerpo (‘liviano’ o ‘pleura’), otras sobre instrumento de medida (‘amonímetro’ o ‘diafanómetro’), se suman términos (y sus familias) sobre armas y máquinas bélicas (‘algarrada’, ‘almajaneque’, ‘cetme’), instrumentos musicales (‘alboca’, ‘antara’, ‘clavecín’, ‘flautino’) o voces de la indumentaria (como ‘chal’ o ‘chalón’).

Estas son algunas de las novedades de un Diccionario Histórico de la Lengua Española que «nunca estará completo del todo», tal y como ha señalado el ministro de Ciencia, Pedro Duque, en la presentación, pero que busca dar un salto tanto en el número de visitantes online como en el método de trabajo para los artículos.

Por un lado, el director de la Real Academia Española (RAE), Santiago Muñoz Machado, ha anunciado que con la incorporación de nuevos grupos de trabajo espera que «a no tardar más de cinco años» se alcancen entre los 25.000 o 30.000 artículos del diccionario.

«Necesitamos más equipos y medios para avanzar en una obra que tardaría en completarse 80 años sin estos criterios nuevos. El trabajo actual es el de preparar y publicar 1.000 trabajos al año», ha señalado Muñoz Machado, quien ha reiterado la importancia de esta colaboración público-privada.

«Ahora de lo que se trata es de aligerar un poco y establecer un proyecto a más corto plazo. Los diccionarios se elaboran con tranquilidad, despacio y no se trata de correr, pero con más medios», ha señalado.

El Diccionario histórico de la lengua española es una obra pensada y diseñada, desde el principio, como un diccionario electrónico, relacional y de acceso público en Internet gracias a una plataforma.

El hecho de que esta obra se conciba como un diccionario electrónico permite mostrar la evolución de las palabras tomando en consideración las relaciones (genéticas, morfológicas, semánticas) que estas mantienen entre sí.

Precisamente, el director de la RAE ha anunciado también cambios en la web que recibía hasta ahora 10.000 visitas al mes y que, en el plazo de no más de un año, se espera que albergue a un millón de usuarios mensuales –a la altura, por ejemplo, del Diccionario Panhispánico de Dudas–.

RED PANHISPÁNICA

El DHLE tiene como objetivo recopilar todo el léxico del idioma español en todas las épocas y en todas las zonas en que se habla o se ha hablado. El proyecto se ha reforzado con una nueva metodología a cargo de la Red Panhispánica de Academias, Universidades y Centros, cuyos equipos trabajarán para elaborar la biografía de cada una de las palabras.

En la actualidad, cuenta con dieciocho grupos, nueve de ellos en España y otros nueve en América. A esta red constituida por la RAE se suman las instituciones que conforman la Asociación de Academias de la Lengua Española, el Instituto Caro y Cuervo, la Universidad de Salamanca, la Universidad de la Laguna, la Universidad de Sevilla, la Universidad de La Rioja, la Universidad de Murcia, la Universidad Autónoma de Barcelona, la Universidad de León, la Universidad de Santiago de Compostela y la Universidad Rovira i Virgili.

«Este es un diccionario vivo que incluye palabras que ya no se utilizan y este trabajo nos ayudará a entender mejor el mundo compartido por hispanohablantes. Por ello, deberá ser un refuerzo de la identidad común que nos ofrece el idioma», ha concluido el ministro de Ciencia.