Igor Paskual (San Sebastián, 1975) retoma este sábado su agenda de conciertos en formato acústico con un primer pase en la Sala Los Clásicos de Cuenca, un encuentro con el público ante el que pide proteger las salas y vaticina: «Volveremos a sentir sudor en los conciertos».
En una entrevista, Paskual ha analizado la evolución del rock, su capacidad de supervivencia y su influencia en estilos contemporáneos; al tiempo que aboga por romper la tendencia de que el rockero «se ablanda» con el paso del tiempo: «Hay que hacer lo contrario. Ser cada vez más duros, porque sabemos ser duros mucho mejor».
Sobre ‘La Pasión según Igor Paskkual’, el disco que exhibirá en Cuenca, reconoce que tuvo suerte de poder presentarlo antes de pandemia y, aunque a partir del confinamiento se ha reconvertido su presentación a un formato «acústico, más ágil, sencillo y efectivo», asegura que el concierto «no es un simple dúo acústico». «Somos como The Clash pero somos dos y con guitarra acústica, y eso sigue siendo un concierto de rock».
En cualquier caso, el paso del tiempo le ha obligado a reprogramar calendario, y aunque apenas ha pasado un año, admite que el disco le transporta casi al siglo XX con «una sensación rara», similar a la que puedo sentir un pintor cuando llegó la fotografía.
«Lo veo cerca, pero lejos, como si perteneciera a un mundo que ya no existe. Es como si fuésemos pintores cuando llegó la fotografía. El mundo ha cambiado. Como cuando el cine pasó a ser sonoro. Hemos pasado de una vida tangible a una totalmente digital», argumenta.
Así, de cara a preparar un concierto como el del próximo sábado sin público en la sala y en formato streaming, defiende que la intensidad, el gusto y la pasión son exactamente igual que ante un gran público.
«Yo lo preparo igual que un concierto normal porque emocionalmente es lo mismo. Me emociona tanto tocar por streaming en Cuenca que ante 20.000 personas, porque soy un apasionado de la música y con 45 años me gusta cada vez más lo que hago. Quiero que el formato acústico te guste tanto o más como ver a una banda. Es un concierto de rock aunque sea con dos guitarras acústicas, pero pueden ser muy poderosas» considera.
Con la evolución de la pandemia y la esperanza de las vacunas, confía en que la música en directo volverá, «todo pasará y se volverá a sentir el sudor en los conciertos». «Ahora toca aprender a integrar los formatos digitales para seguir ofreciendo contenido al público, y sobre todo, monetizarlo», defiende. Un concierto vía streaming, en su opinión, «es como ver el Museo del Prado a través de la web en una visita virtual».
En todo caso, da por descontado que el rock sobrevivirá a los cambios a los que se está viendo obligado por la circunstancia, toda vez que es un estilo «irrefutable». Aunque «los más nostálgicos se acuerdan de los 70 cuando el rock era lo único que tenían los jóvenes», el estilo está sobreviviendo incluso en otros estilos musicales.
«Cualquier artista de trap repite estereotipos del rock, se canta lo mismo y se cae en los mismos errores y contradicciones, pero es muy difícil que otro estilo musical no se acerque tangencialmente a cosas del rock», asegura, añadiendo el ejemplo de C. Tangana, «que se ha ganado la credibilidad con muchos ejemplos, pero la que más ha ganado se la ha dado Calamaro». «Incluso los artistas melódicos llevan a sus conciertos a su particular ‘Guitar Hero’ para que se hagan un sólo. Pablo Alborán, Dani Martín…».
Por todo ello, Paskual ha abogado por proteger el circuito de salas de conciertos ante de la duda de «cuántas quedarán vivas» tras la pandemia. «Lo importante ahora no es que las salas se hagan ricas, es que sobrevivan. Y para ello el reto también es convertir lo digital en algo monetizable y crear leyes que protejan al artista y a los técnicos. El panorama actual refleja lo que es la sociedad: cada vez hay menos clase media, y pocos a los que les va muy bien y mucha gente a la que les va muy mal. O eres Loquillo, o eres yo», ha apostillado.
«HAGO COSAS MÁS MACARRAS»
Pese a que sus tres trabajos «tienen un hilo común», Paskual considera que por fin ahora ha encontrado el sonido que llevaba «tiempo buscando», mucho más duro y «con componentes electrónicos que mejoran y hacen un sonido más rockero». Es ahora cuando por fin los temas que le interesan –placer, muerte, descaro– aparecen en «un trabajo mucho más amplio que los anteriores».
En cuanto a su evolución, se considera «más ‘punki’. «Según crezco y tengo hijos, hago cosas más macarras. Es el camino contrario al habitual. He pasado de sonidos más amables a esto, y ahora tengo varios proyectos que traerán mayor dureza». Su trayecto hasta este sonido, según relata, también procede del punk en su primera etapa, si bien cree que no tenía «ni idea de cómo hacerlo» y se basaba sólo en «descaro y actitud».
«Pero ahora creo que puedo hacer algo duro y de mejor manera. Una dureza mejor canalizada, menos obvia. El problema es cómo enfrentarte a un sonido duro sin repetirte, cómo poner todo eso al día, cómo ser contemporáneo en sonidos que no están de moda. Hacer punk como lo hacía La Polla Récords o los Pistols en el 70 no me interesa, porque ya está hecho. La gracia está en ponerlo en tu tiempo», afirma el músico donostiarra.
«DEVOLVER» LAS LECCIONES A SUS COMPAÑEROS DE VIAJE
Paskual, que ha acompañado con su guitarra a Loquillo durante varios años –«uno de los mejores líderes de una banda de rock en toda Europa«, asegura que con todo lo aprendido en su camino ahora cuenta con las «herramientas» necesarias para poder «devolver» a sus compañeros de viaje todas las lecciones.
Las diferencias entre presentar su propio trabajo en un directo o arropar a una banda como la de Loquillo son varias, según el artista. En este caso, lo afronta como «ser el delantero, el encargado de transmitir un discurso concreto», mientras que compartiendo escenario con el Loco su función es la de mediocentro, «donde tienes que saber echarte a un lado y saber dónde está tu fuerte para sacarte más partido».
«Me viene muy bien combinar las dos cosas porque de todas aprendes. Trabajar con el Loco es trabajar en un gran recinto, con un lenguaje distinto, es otra comunicación, a gran nivel y masiva. La mía es más pequeña y tengo mis recursos para llegar también al público», opina Paskual.
Con un tercer disco con más componente electrónico, Igor Paskual apunta que cada vez «descuadra menos» combinar sintetizadores con guitarras eléctricas, por lo que ha defendido su utilización.
«Si te pongo un ‘sinte’ igual no sabes si es una guitarra o no. Los sintetizadores lo que hacen es añadir rock, lo hacen más duro, más enérgico. Las guitarras no nacen en los árboles, no las recoges en el huerto, también son una herramienta tecnológica», ha manifestado al respecto.