En el día de la Atención Primaria (AP), el Consejo General de Enfermería (CGE) urge a aumentar un 10 por ciento el gasto sanitario dedicado a la AP en España, que en la actualidad solo representa el 14 por ciento de la partida del PIB dedicada a la sanidad pública.
Asimismo, advierten de que para acercar la ratio de enfermeras en este nivel de asistencia a la media europea harían falta, como mínimo, unas 25.000 enfermeras más en España. «Resulta preciso adecuar la dotación de personal a las necesidades reales de la población. Nos parece inaceptable que tengamos ratios de una enfermera por cada 2.000-2.500 ciudadanos cuando la media europea es de uno por cada millar», asegura el presidente del CGE, Florentino Pérez Raya.
Tal y como revela el Instituto Español de Investigación Enfermera del CGE en su último informe sobre demografía enfermera, entre los años 2010 y 2018 no se ha producido una variación relevante en el número de enfermeras en los equipos de AP. Esta situación se produce de forma similar en todas las autonomías, salvo alguna como Canarias, que en el último año vio aumentado su número de enfermeras considerablemente.
Además, recuerdan que la ratio de enfermeras vinculadas a los servicios de AP oscila entre las 0,49 y 0,94 por cada 1.000 habitantes en las distintas comunidades. Así, Madrid, Baleares y Ceuta están a la cola, mientras que La Rioja, Canarias y Castilla y León lideran el ranking con mayor número de enfermeras de AP por 1.000 habitantes.
«La labor de las enfermeras y enfermeros de AP durante la actual pandemia de COVID-19 ha sido encomiable, tanto desde sus puestos habituales como también cuando muchas de ellas fueron derivadas a hospitales de emergencia», recuerdan desde el CGE. «Su rol actual en una campaña de vacunación sin precedentes está fuera de toda duda, pero es preciso afrontar un cambio estructural que potencia un nivel asistencial primario garante de la salud de las familias y de una población envejecida y aquejada de dolencias crónicas», añaden.
Del mismo modo, el CGE insiste en la necesidad de incrementar las plazas de enfermeras especialistas en Enfermería Familiar y Comunitaria en las convocatorias de EIR, así como la culminación de la Prueba de Evaluación de la Competencia, que sufre un retraso «histórico», y crear la categoría profesional de enfermera especialista en este ámbito en todas las CC.AA.
Además, prosiguen, «es imprescindible poner en valor el grandísimo trabajo que hacen las enfermeras de AP en los domicilios de miles de pacientes, una atención domiciliaria fundamental para garantizar la calidad de los cuidados de aquellos que no pueden trasladarse hasta el centro de salud». La atención a domicilio por parte de las enfermeras supone un total de casi 10 millones de visitas, siendo el profesional sanitario que más visitas realiza a domicilio.
«Sin una AP fuerte y bien dotada afrontamos un futuro sanitario incierto y marcado por la saturación de los hospitales, la falta de prevención y educación para la salud e incluso la excesiva medicalización de la población», señala Pérez Raya. Hace falta una atención integral, con buena permeabilidad y comunicación de los niveles asistenciales, con fomento de los hábitos de conductas saludables, y para ello es fundamental que los Gobiernos prioricen la salud frente a otros sectores, inviertan en lo más valioso que tenemos, no recorten en materia sanitaria y no solo ahora con la pandemia», añade.
A su juicio, la comparación con otros países del entorno en materia de AP es «sangrante», por lo que es «prioritario actuar ya». «Deben comprenderlo todos los partidos y todos los Gobiernos y Administraciones, no se puede apoyar el sistema sanitario en una AP famélica en cuanto a los medios y al personal», ha concluido el presidente del CGE.