La Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP), sindicato exclusivo en el ámbito penitenciario, ha denunciado una nueva agresión del interno N.F., conocido como ‘Igor el Ruso’, a cuatro funcionarios del Centro Penitenciario de Dueñas (Palencia) con un azulejo tras negarse a abandonar su celda para ser juzgado este lunes como autor confeso por el triple asesinato ocurrido en el término municipal de Andorra en 2017.
El interno, clasificado como extremadamente peligroso y con un amplio historial de incidentes regimentales, se ha negado esta mañana a abandonar voluntariamente la celda para ser conducido a los tribunales.
Ante esta actitud, según informa (APFP) a través de un comunicado, se personan en el departamento los jefes de Servicio para convencerlo que salga pacíficamente de la celda sin conseguirlo y con la amenaza del interno de que si entraba algún funcionario para sacarlo lo «mataría», ya que sus muertes «le salen gratis».
A las 9.15 horas personados los jefes de Servicio y un numeroso contingente de funcionarios equipados con los equipos de intervención, se procede a entrar en la celda, momento en el que se abalanza sobre ellos con un trozo de azulejo afilado y consigue agredir a cuatro de ellos. Tras un gran forcejeo, consiguen reducirlo con la «fuerza mínima imprescindible» y le trasladan al departamento de ingresos para proceder a su conducción.
Los funcionarios han tenido que ser atendidos por los servicios médicos de diferentes contusiones y han ido a urgencias para valoración de sus lesiones.
«La profesionalidad de los funcionarios ha evitado una tragedia, pero cada día queda más claro que es cuestión de tiempo que esto ocurra, y que, tanto la secretaria general de Instituciones Penitenciarias como el Ministerio del Interior, no están haciendo el más mínimo esfuerzo para tratar de evitarlo», añade el sindicato.
APFP reclama al Ministerio del Interior el reconocimiento de los trabajadores penitenciarios como agentes de la autoridad, la adecuación de los medios coercitivos al siglo XXI con la aprobación de pistolas táser y un incremento de las plantillas para ajustarlas a las necesidades reales de los centros penitenciarios para minorar las agresiones que padecen los trabajadores penitenciarios, así como una actualización retributiva con la equiparación salarial con los compañeros de Cataluña, concluyen.