Luego de un partido trepidante entre el Real Madrid y el FC Barcelona, en el que los merengues se impusieron por 2-1 de gran forma, las cosas en LaLiga Santander se ponen más apretadas e interesantes que nunca. Un temporal de fútbol y de agua cayó en el Alfredo Di Stéfano y de el salió más vivo el conjunto blanco, que ahora se acuesta como líder a la espera de lo que haga el Atlético de Madrid; pero que lo más importante es que tiene ya la ventaja definitiva sobre el equipo catalán y se coloca como el perseguidor inmediato de los colchoneros.
Para el el Barcelona es sencillamente un palo inesperado, por lo bien que había estado jugando, salvo claro está el duelo ante el Valladolid. Este triunfo viene del esfuerzo titánico de los jugadores de la escuadra de la capital de España, que con mucho oficio supieron hacer su trabajo y después mantener el resultado. Sin embargo, pese a que el Madrid pueda presumir de una buena victoria, si que vale destacar que el Barça cometió una serie de errores de gravedad que propiciaron esta derrota que los aleja un poco del título. Desde Koeman, pasando por algunos jugadores y llegando hasta todo un crack como Messi, los fallos de los blaugranas fueron muchos y todos ellos pesaron para este resultado final.
3Un planteamiento ofensivo muy malo del Barcelona
Cierto es que el revés que le coló Zidane a Koeman es de órdago. Con su planteamiento de cuatro mediocampistas para defenderse, el francés opacó el ataque azulgrana por la izquierda con Jordi Alba; pero es que el mismo esquema del neerlandés, el 3-5-2, que funcionó contra otros equipos, no pudo hacerlo contra el Real Madrid y este se tardó toda la primera mitad para darse cuenta de eso. Pero es que no solo con su posesión inútil ayudó al equipo blanco, el Barcelona tampoco posicionó bien sus elementos en ataque para poder hilvanar buenas jugadas.
Si bien no pudo atacar por la izquierda, el error de Koeman fue no plantear otra forma de entrar que los toques aburridos de un lado a otro. Además, al no contar con un delantero centro de oficio, los centrales del Madrid nunca quedaron fijados y pudieron mantenerse en movimiento para ayudarse en las coberturas. Dembélé fuera la banda es más inofensivo que una almohada golpeando la pared y al estar de delantero centro esa velocidad que lo caracteriza nunca se pudo apreciar; más bien quedaba retratado una y otra vez al no poder girar cuando recibía de espaldas, pues no está habituado a eso, ni tampoco cuando estaba de frente, porque sin espacios Militao o Nacho lo frenaron. Todo eso ligado a que Messi estaba muy lejos del área, dejaron a un Madrid tranquilo que dominó el juego sin tener el balón.