¿A quien no le gusta un bizcocho? Algo tan sencillo pero tan rico y esponjoso que se puede disfrutar en cualquier momento del día acompañado con té, café o leche o sencillamente solo. Por ello conoceremos un poco de su historia y de unos trucos que nos permitirían hacer un bizcocho tierno y esponjoso, sin grumos de la harina.
1Historia de los bizcochos
La palabra bizcocho proviene del latín: bis coctus que significa cocido dos veces. Esta doble cocción, que no se mantiene en la actualidad, consiste en secarlos en el horno después de cocidos para conservarlos mejor. Lo que permitía que los mismos se conservaran mucho tiempo, pues en la antigüedad eran utilizados como el alimento de soldados y navegantes.
Se dice que el bizcocho provienen desde la gran antigüedad, hay antecedentes en las representaciones de la tumba de Ramsés III en Tebas, procedentes del siglo X a. de C. Se pueden distinguir dos tipos de bizcochos básicos los solos y los que se usan para rellenar, emborrachar o formar tartas, los cuales son más ligeros y hay muchas recetas, como la de Eva Arguiñano.
Adicionalmente de acuerdo a la costumbre de la región en su preparación se pueden agregar otros ingredientes al bizcocho tales como: levadura o bicarbonato, aceite o mantequilla, cacao o chocolate, frutos secos, puré de frutas o en trozos, aromas o esencias de preferencia.
A continuación te mencionaremos 10 trucos que deberías seguir si desea que tu bizcocho de pueblo quede bien esponjoso: