Las sardinas son de los pescados mejor posicionados en relación calidad-precio, y es que este pez azul posee una muy buena cantidad de nutrientes y beneficios para nuestra salud, siendo además muy económico en el mercado y es de los alimentos que te protegen la vista.
Sin embargo, es posible encontrarlo en distintas presentaciones y acompañada de distintos condimentos, los cuales pueden ser tan variados como la manera de prepararlas. Ante todo esto, podemos decir que existen dos presentaciones estándares en cuanto a las sardinas: las frescas y las enlatadas.
Las enlatadas, por lógica, suelen poseer la virtud de ser mucho más duraderas, aunque por otro lado, hay quienes colocan la frescura de una sardina sin enlatar por encima, además, afirmando que esta presentación es más nutritiva. Por tal motivo, el día de hoy te explicaremos cuál presentación te ofrece mejores propiedades y por qué.
3Más calorías
Desde Perelló 1898 (una empresa ubicada en Barcelona, la cual se dedica a la conserva tradicional de pescado) expresan los efectos que la grasa en las sardinas enlatadas terminan generando: “resultan casi un 40-50 % más calóricas que las frescas cocidas sin aceite”, allí se deja claro que puede que sean menos sanas que su versión fresca.
Desde otro punto de vista, la empresa también manifestó que eso no significa que las sardinas enlatadas no sean nutritivas o sean perjudiciales para la salud, pues “de todos modos, el aporte de calorías de las sardinas en aceite es bajo: 210 calorías cada 100 gramos.