Las sardinas son de los pescados mejor posicionados en relación calidad-precio, y es que este pez azul posee una muy buena cantidad de nutrientes y beneficios para nuestra salud, siendo además muy económico en el mercado y es de los alimentos que te protegen la vista.
Sin embargo, es posible encontrarlo en distintas presentaciones y acompañada de distintos condimentos, los cuales pueden ser tan variados como la manera de prepararlas. Ante todo esto, podemos decir que existen dos presentaciones estándares en cuanto a las sardinas: las frescas y las enlatadas.
Las enlatadas, por lógica, suelen poseer la virtud de ser mucho más duraderas, aunque por otro lado, hay quienes colocan la frescura de una sardina sin enlatar por encima, además, afirmando que esta presentación es más nutritiva. Por tal motivo, el día de hoy te explicaremos cuál presentación te ofrece mejores propiedades y por qué.
2¿Cuál es más nutritiva?
Si bien sabemos que ambas presentaciones poseen un alto valor nutricional, hay factores que pueden hacer que una sea un poco menos saludable que la otra. El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca afirma lo siguiente: “Como las sardinas frescas, las sardinas en aceite tienen un alto valor nutritivo, dado que se trata de un pescado azul con gran contenido en proteínas de alto valor biológico”.
En estas declaraciones, se deja claro que ambas opciones poseen las mismas características nutritivas, o casi las mismas. Sin embargo, hay un factor que puede ser determinante al momento de analizar cuál presentación es más nutritiva: “su contenido en grasas – en cuanto a las sardinas enlatadas – se ve aumentado respecto a su homólogo en fresco, debido al aceite de cobertura». De tal modo, que las sardinas enlatadas ofrecen mayor nivel de grasas.