Las sardinas son de los pescados mejor posicionados en relación calidad-precio, y es que este pez azul posee una muy buena cantidad de nutrientes y beneficios para nuestra salud, siendo además muy económico en el mercado y es de los alimentos que te protegen la vista.
Sin embargo, es posible encontrarlo en distintas presentaciones y acompañada de distintos condimentos, los cuales pueden ser tan variados como la manera de prepararlas. Ante todo esto, podemos decir que existen dos presentaciones estándares en cuanto a las sardinas: las frescas y las enlatadas.
Las enlatadas, por lógica, suelen poseer la virtud de ser mucho más duraderas, aunque por otro lado, hay quienes colocan la frescura de una sardina sin enlatar por encima, además, afirmando que esta presentación es más nutritiva. Por tal motivo, el día de hoy te explicaremos cuál presentación te ofrece mejores propiedades y por qué.
1Cada presentación tiene sus ventajas
Algo que debes saber es que las sardinas en sus dos presentaciones poseen sus respectivas ventajas sobre la otra. Por un lado, las sardinas en lata son mucho más fáciles de conservar y consumir, pues ya vienen cocinadas y ensuciarán muy poco tu cocina. Por otro lado, las sardinas frescas te otorgan una mayor confianza y versatilidad al momento de cocinarlas.