Uno de los nombres del momento, sin duda alguna es el de Vinicius Jr., pues el brasileño ofreció un verdadero recital de lo que un extremo puede hacer cuando tiene facultades para ser un crack. Frente al Liverpool, en una escenario tan magnífico como unos cuartos de final de la Champions League, apareció para maravillar a todos con velocidad, habilidad, regates y, eso que siempre se le exige, goles; de esa forma se convirtió en el protagonista principal de un partido en el que muchos esperaban que sobresalieran otros y al final fue él, tantas veces vilipendiado y humillado, el que sacó la cara para ser el hombre del encuentro. Las múltiples bajas que tenía el Real Madrid, con fijos como Sergio Ramos, Varane o Hazard, hicieron temer lo peor; pero el brasileño se puso la capa de héroe en una noche de esas que consagran.
Zinedine Zidane no tuvo miedo y aunque al principio empezó a colocarlo por necesidad, debido a la plaga de lesiones que asoló en buena parte de la temporada al Real Madrid, aunque todavía hay algunos en la enfermería; ahora ya lo utiliza como un arma fiable en la que aún quedan cosas por pulir, como su definición y la toma de decisiones, pero que cada vez mejora mucho más. A pesar de eso, son varios los rumores que lo colocan fuera del conjunto merengue de cara a la próxima temporada; esto para abrirle espacio a otros refuerzos y para hacer caja. En ese sentido uno de los que habría mostrado más interés sería el mismo equipo que tuvo enfrente hace poco. Jürgen Klopp parece muy atraído por las habilidades de un Vinicius; porque confía que bajo su tutela en el Liverpool pueda sacar su máximo potencial.
Klopp quiere reforzarse con Vinicius
En varias oportunidades los medios han destacado la posibilidad de que el Liverpool lance una oferta por Vinicius; más que nada por los constantes rumores que lo colocan fuera del Real Madrid, pero también porque el alemán confía en las habilidades y el potencial que guarda el joven extremo. Klopp sabe que cuando hay jugadores difíciles, que brillan con mucha potencia y acaban fallando en el tramo final de sus jugadas, esos son los que más vale la pena moldear; esto debido a que cuando explotan se vuelven completamente imparables. Como ejemplos fácilmente se puede sacar a Mané y a Salah, que generaban muchas expectativas cuando estaban en el Southampton y en la Roma, respectivamente; no obstante, solo cuando llegaron junto a él fue que sacaron a relucir toda esa capacidad ofensiva y goleadora que en sus antiguos clubes solo dejaban asomar a ratos.
Con Vinicius en su equipo, el estratega alemán piensa que puede hacer un trabajo similar; porque su calidad ya la ha dejado ver en varias oportunidades, en mayor grado cuando estuvo bajo el mando de Solari en su primer año en el Real Madrid, pero también la ha dejado escapar en varios momentos a lo largo de estos tres años en la capital española. Si le faltaban pruebas para decidirse que quería lanzarse a por él, en el duelo de ida de estos cuartos de final de Champions League le quedó claro que es una opción más que viable. Frente a un defensa de tanto nivel como Trent Alexander-Arnold pudo brillar a una gran intensidad y todas sus cualidades salieron a relucir en los minutos que estuvo en cancha; en los que además coronó su actuación con dos goles.
Su alegría ha vuelto a aparecer
Esta gran actuación de Vinicius es fruto de un intenso trabajo, tanto físico como mental; porque durante toda la temporada ha estado bajo la mira por sus fallos más que discutibles. El brasileño no arrancó del todo bien la campaña y lo sucedido el curso pasado entre él y Zidane, con su suplencia ante el Manchester City, lo dejó en muy mal lugar frente a los ojos del francés. Sin embargo, pese al distanciamiento inicial, Vinicius pidió disculpas y se propuso a convencer al entrenador blanco con hechos que quería triunfar en el Madrid. Ahora la relación está mucho mejor, como demostró que fuera a celebrar uno de sus goles con su entrenador, y Zidane también es artífice de su mejoría, pues se queda con él a practicar sus tiros y jugadas de definición; pero más que nada, todo se debe al trabajo y la confianza en sí mismo.
Tras un periodo en el que perdió la chispa, la confianza, el atrevimiento y la alegría que siempre lo han caracterizado como jugador; junto con sus compañeros, su entorno, Zidane y su propia fe han logrado levantar cabeza. Las lesiones de sus compañeros lo han impulsado a la titularidad; pero mientras otros se caían y desaprovechaban la oportunidad, él trabajó y ya se ha hecho intocable. En nueve de los últimos 12 partidos ha sido titular y esa suplencia ante el Eibar era una muestra de que ante el Liverpool sería titular, algo que lo puso muy contento. Con su fuerza, la calidad, el atrevimiento, los regates y la alegría han vuelto; ahora encara como cuando llegó y Zidane no lo frena, porque los goles y las asistencias están llegando. El Liverpool puede ir tras él, pero mucho tendrá que hacer para llevárselo.