Raquel Sánchez Silva ha regresado al plató de ‘El Homriguero’ para presentar uno de los proyectos más importantes de su vida, su libro ‘Dos Mundos’ en el que ha volcado todo su conocimiento como mamá de sus hijos mellizos Mateo y Bruno. «No puedo elegir uno, son muy diferentes, el que no te atrapa por un lado, lo hace por otro. No los quiero etiquetar pero cada uno captura una parte de mí» confiesa reconociendo que sus hijos le tienen completamente conquistada.
Desmitificando la idea de que los mellizos se tienen que llevar muy bien durante toda su vida, Raquel reconoce: «Mis hijos tienen muchos celos entre ellos, siempre, es una competición continua, quién duerme más, quién come más, quién es más alto… Es importante estar a solas con ellos, es importante que están solos, que estén con mamá, con papá, con los amigos y sentirse únicos».
Insistiendo en la idea de qué es importante diferenciarlos desde pequeños, comenta: «No los visto igual, identicos no. Pueden llevar la misma onda pero intento que vayan diferente. Me parece muy bien que algunos padres vistan a los niños igual pero no es nuestro caso».
Como madre de mellizos, Raquel es consciente del gran ‘boom’ de gemelos que ha habido en los últimos años ya que la fecundación ‘in vitro’ se ha convertido en un método muy recurrente para muchas familias: «Mis hijos son de fecundación ‘in vitro’. Te implantan dos, yo no había tenido éxito en fecundaciones anteriores y no tenía ninguna fe en que fuera gemelar. Me quedé pálida cuando me dijeron, son dos».
Reconociendo que ella era una niña muy ‘trato’ de pequeña, Raquel cuenta una anécdota de su infancia con la que hizo sufrir a su hermano. «Primero, esto no se hace en casa. Mi hermano tenía una cobaya, no me gustaba, se me ocurrió coger la jaula y llevarla al lado del bafle muy despacio. Puse el vinilo de ‘The Final Countdown’ a tope y la cobaya se asustó muchísimo. Luego se quedó un par de semanas con una especie de tic» recordó la presentadora.