El escritor barcelonés Jaume Cabré vuelve a la novela con ‘Consumits pel foc’ una década después de ‘Jo confesso’ en una historia en la que combina la situación límite de un personaje desmemoriado con la peripecia de un pequeño jabalí: «Si los personajes te los crees son una ayuda. Pueden ser una caja de sorpresas».
«Lo único que quiero es escribir y creerme los personajes», ha subrayado Cabré este miércoles en rueda de prensa telemática para presentar la novela –que ha publicado Proa en catalán y Destino en castellano–, y ha añadido que es una aspecto que ha ido aprendiendo a medida que ha ido escribiendo.
En la novela, Cabré presenta a un profesor de lengua y literatura que, tras una infancia difícil, se reencuentra con una antigua vecina y que se ve arrastrado por otro reencuentro en una espiral incontrolable que le lleva a situaciones límite.
Cabré, que no ha querido ahondar en el argumento porque ha afirmado que pertenece a cada lector, ha dicho que no se ha planteado que fuera una fábula pese a contar con animales y ha admitido que aparecen unos personajes «tristes, que cada alegría se la tienen que trabajar».
El escritor ha subrayado que los personajes lo van llevando en una dirección concreta: «No tengo capacidad de imaginar todo antes e ir escribiendo», ha subrayado, explicando que en la redacción de este libro ha ido añadiendo y quitando historia a los personajes hasta que funcionaba.
Ha señalado que los personajes lo han acompañado en el proceso de escritura y que la historia «se iba haciendo mientras la escribía».
NO «TENER PRISA»
Preguntado por si le afecta el hecho de que entre ‘Jo confesso’ y esta novela haya pasado una década, aunque entre medio ha publicado libros de ensayos y cuentos, ha subrayado: «El hecho de tardar de una novela a otro no me afecta nada. Escribo cada día».
Ha explicado que cuando era un escritor joven quizá tenía más prisa por escribir, pero que ahora no y que peor es «tener prisa y arrepentirse de lo que se ha escrito», por lo que considera que las prisas son un error.
Por la novela aparecen, fruto de la profesión del protagonista y su querencia por la cultura, personajes literarios, que otros personajes del libro sitúan en el cine, pero que Cabré no ha querido mostrar como una advertencia a una desliterización de la sociedad: «No soy nadie para advertir», ha añadido.
El editor Josep Lluch ha celebrado que se trata de una novela con un uso desacomplejado de la libertad creativa y con unos personajes abocados a situación límite y el editor Emili Rosales ha situado a Cabré como «gran referente» de la literatura catalana; la novela editará 25.000 ejemplares en catalán y 10.000 en castellano.