Este martes se estrena en ‘El Hormiguero 3.0’ Dulceida, una de las ‘influencers’ más conocidas del momento. La de Barcelona, que acumula casi tres millones de seguidores en Instagram, acudirá al programa de Pablo Motos para hablar de su trabajo y de sus perspectivas futuras.
Hablará también, suponemos, de esa magnética atracción que siente por la polémica. Aida Domenech -así se llama realmente- es excesivamente natural, no tiene problemas en soltar las cosas como las piensa y esto es algo que le suele acabar pasando factura. Hoy recordaremos todas aquellas situaciones en las que la ‘influencer’ tendría que haber optado por ponerse un punto en la boca. Seguro que se hubiese ahorrado más de un disgusto.
4EXPLICACIONES DE DULCEIDA
Lejos de admitir el error, Dulceida se encerró en sí misma y decidió aislarse por completo de la que, quizás, sea la red social donde la gente es más crítica: Twitter. «Dulceida está harta de las críticas feroces y gratuitas. Twitter se ha convertido en una red social de odio profundo, en la que la gente se permite insultar y vejar sin revelar su identidad», comentó en Divinity alguien de su entorno más cercano.
«La gota que ha colmado el vaso ha sido el ataque masivo de críticas a las tallas de su última colección, cuando ella solo ha querido hacer algo con amigas. (…) Dulceida estaba harta de las críticas fáciles y ha preferido dejar de leerlas. Sin más. Muchas de las cosas por las que es criticada no solo las hace ella, pero al final se acaba llevando todos los palos. Da igual lo que haga», pudo leerse en Divinity acerca de su marcha de la red social. Quien si salió a defenderla fue su madre, Ana Pascual: