El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha hecho un llamamiento a las aficiones del Athletic y de la Real Sociedad, equipos que esta noche disputan la final de Copa del Rey, a estar «a la altura de las circunstancias» porque el «partido» contra el Covid-19 «no ha terminado». Tras apelar a «jugar en casa, ganar en casa y celebrar en casa», se ha mostrado convencido de que la afición convertirá la final en «una gran demostración de compromiso y solidaridad» y espera que deportivamente «gane el mejor».
En su cuenta de Facebook, Urkullu publica este sábado un artículo suyo recogido en El Correo y El Diario Vasco, en el que señala que esta noche se vivirá un partido de fútbol «no cualquiera» entre dos equipos vascos y que, además de ser expresión de fiesta de gran parte de la afición vasca, se juega en casa».
«La Real y el Athletic, el Athletic y la Real, van a disputar una final de Copa que será inolvidable. Una final que ‘vamos’ a jugar, disfrutar y celebrar en casa, con los de casa. Esta será ‘nuestra’ victoria», añade.
Urkullu señala que el fútbol en Euskadi ya ha ganado desde el momento en que dos equipos vascos alcanzaron la final que se debía haber disputado el pasado año. Según subraya, se trata de un logro que ha sido un «factor motivador» para ambos equipos, clubes y aficiones a lo largo de esta temporada y es «una final muy esperada y sentida con pasión en Euskadi».
El lehendakari recuerda en su artículo que hace poco más de un año, el 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud declaró oficialmente la pandemia, una situación «inédita, inimaginable y de extrema gravedad que condicionó toda la vida, actividad y relaciones sociales».
«El confinamiento supuso el cierre total de los centros de trabajo, la industria, la educación presencial, el comercio o la hostelería. A todo aquello que no fuera considerado como actividad o servicio esencial; y afectó, también, al deporte. El aplazamiento durante más de un año de la final de Copa es buen reflejo de lo vivido», apunta.
«AÑO DIFÍCIL Y DURO»
Urkullu indica que ha sido «un año difícil y muy duro lamentable», desde el punto de vista «sanitario, económico, social y emocional». Según recuerda, el confinamiento desencadenó un estado de «ánimo social muy crítico, en la esfera personal y colectiva, dada la incertidumbre y el desconocimiento de la duración y consecuencias de la pandemia».
En este sentido, asegura que el coronavirus, «con y sin confinamiento», ha afectado y sigue afectando a todos los aspectos de la vida pero «es justo reconocer que la sociedad, en general, está sabiendo sobrellevar esta situación».
«ESTE PARTIDO TODAVÍA NO HA TERMINADO»
«Estamos mejor que hace un año, pero ‘este partido’ todavía no ha terminado. Es el momento de seguir siendo responsables y cumplir escrupulosamente las directrices de las autoridades sanitarias. La final de Copa es, en este sentido, una ventana de oportunidad. Un acontecimiento que nos ayuda a aflorar emociones, a compartir sentimientos y luchar juntos contra el concepto de ‘fatiga pandémica'», asegura.
A su juicio, es una oportunidad para «mirar atrás con respeto, humildad y voluntad de enmendar errores» y para «mirar hacia adelante con responsabilidad, generosidad y esperanza en un futuro mejor».
Urkullu asegura que la final de Copa ofrece un «aliciente adicional», un tiempo para demostrar «la solidaridad ante una situación tan comprometida y difícil». «Un tiempo para poner en valor y reconocer la labor profesional de los servicios públicos esenciales. Una oportunidad para demostrar el alto grado de comprensión y compromiso social con las medidas de protección que nos están permitiendo preservar lo más preciado que tenemos: la salud pública, el bienestar y la vida».
Iñigo Urkullu asegura que «Athletic y la Real, la Real y el Athletic, han dado lo mejor de sí en el terreno deportivo para llegar a esta final» y ahora llega el momento también de la afición.
«Nos corresponde estar a la altura de este acontecimiento y ‘jugar’, esta vez, la final en casa. Nuestra mayor victoria será saber estar a la altura de las circunstancias y demostrar la responsabilidad que este momento exige. Muchos en Euskadi hemos esperado pacientemente durante un largo año a que se pudiera celebrar esta final. Hemos disfrutado del sueño permanente de alzar esa Copa. Ahora llega el día de la verdad, el partido que ‘debemos jugar en casa, ganar en casa y celebrar en casa'», insiste.
Urkullu se muestra convencido de que la afición vasca, no solo de ambos clubes, «con el recuerdo de quienes nos han dejado a lo largo de este último año, «va a saber convertir esta final en una gran demostración de compromiso y solidaridad».
«Vamos a saber disfrutar de la final en honor y reconocimiento a todas las personas que trabajan cada día para garantizar la salud pública, para que, más pronto que tarde, podamos volver a disfrutar y celebrar juntos, en vivo y en directo, este triunfo que dos clubes exponentes del fútbol en Euskadi ya han conseguido. Mi deseo es que, deportivamente, gane el mejor y que la celebración se convierta en esperanza por un futuro en el que podamos volver a compartir y vivir juntos una nueva final», asegura.
Por último, el lehendakari subraya que la final de Copa es, ante todo, un encuentro deportivo y la propia Organización Mundial de la Salud ha recomendado el deporte en condiciones de práctica individual, al aire libre y mascarilla como actividad al servicio de la vida saludable y la convivencia. «La final es, por lo tanto, el momento de corear ‘mens sana in corpore sano’ y reconocer la importancia del ejercicio físico y el deporte para hacer frente a la pandemia», añade.