Después de la cirugía, es posible que se acumulen mucho tejido y líquido debajo de la piel en el sitio de la incisión, formando un seroma. Son más comunes después de los procedimientos de tratamiento del cáncer de mama.
QUÉ ES UN SEROMA
La mayoría de las veces, los seromas son inofensivos y los médicos los dejan curar por sí solos de forma natural. Sin embargo, pueden causar mucho dolor y prolongar la estadía del paciente en el hospital después de la cirugía.
En un estudio de investigación, el 35 por ciento de los pacientes desarrolló un seroma después de la cirugía por cáncer de mama y el 20 por ciento desarrolló un seroma posoperatorio seis meses después.
CARACTERÍSTICAS DE UN SEROMA
Por lo general, un seroma es un bulto inflamado que parece un quiste agrandado. Está dolorido y sensible al tacto y sale una secreción clara de la incisión quirúrgica.
El sitio de la incisión también puede desarrollar un nudo duro a medida que se forma el crecimiento. A veces, un seroma puede tener un aspecto idéntico a otras afecciones, como un hematoma, un linfocele o un absceso.
Aunque generalmente es inofensivo, el área puede convertirse en un absceso si se infecta. Los signos de infección incluyen enrojecimiento, hinchazón, pus o sangre líquida, dolor intenso o calor, fiebre, aumento de la frecuencia cardíaca o un bulto cerca de la incisión.
CAUSAS DE UN SEROMA
Los seromas son más comunes después de la cirugía de cáncer de mama. Sin embargo, los investigadores médicos no están exactamente seguros de por qué desarrollan. Existen algunos factores de riesgo que pueden aumentar el riesgo de un seroma después de la cirugía, como la edad, el índice de masa corporal (IMC) o el tamaño de los senos.
El paciente también puede correr un mayor riesgo si tiene ganglios cancerosos en la axila o si se ha sometido a una biopsia previa. Además del tratamiento del cáncer de mama, también pueden desarrollarse después de otros procedimientos como:
- Implantes o reducción mamaria
- Biopsia
- Cirugía cosmética o reconstructiva
Los seromas generalmente se desarrollan de una semana a diez días después de la cirugía, cuando el médico extrae los tubos de drenaje del sitio de la incisión. El crecimiento se desarrolla por daño a los tejidos y vasos sanguíneos.
La cirugía deja un espacio muerto que forma bultos llenos de líquido debajo de la piel. Luego, el cuerpo libera una respuesta inflamatoria, que causa dolor e hinchazón y el líquido se acumula para formar un seroma.
TRATAMIENTO DE UN SEROMA
La mayoría de las veces, el cuerpo reabsorbe los seromas en aproximadamente un mes, pero puede tardar hasta un año.
En casos más graves, el crecimiento puede convertirse en una cápsula y requerir una extracción quirúrgica para drenar el líquido que contiene. Los pacientes deben consultar a un médico si los síntomas empeoran o si notan alguno de los siguientes signos:
- Sensibilidad, secreción y dolor.
- Aumento de la hinchazón
- Enrojecimiento y calor en el sitio de la incisión.
- Aumento de líquido
Si el seroma no mejora, el paciente puede someterse a un proceso llamado aspiración con aguja fina. El proceso extrae el líquido del seroma y también monitorea la cantidad de líquido que hay adentro.
Si el paciente continúa desarrollando seromas, un médico puede insertar un tubo de drenaje. Sin embargo, el drenaje puede hacer que drene más lentamente e incluso puede aumentar el riesgo de infección.
Si el seroma se infecta, un médico puede recetar antibióticos para eliminar las bacterias. El paciente también puede necesitar esclerosis, un procedimiento que cierra el crecimiento. Si otras opciones de tratamiento fallan, es posible que el paciente necesite cirugía para extirparlo.
MANEJO DE UN SEROMA
Por lo general, los seromas se curan por sí solos. Sin embargo, los pacientes deben tomar medidas para asegurarse de que el área sane correctamente y tratar de evitar infecciones.
- Aplicar calor
La aplicación de una almohadilla térmica o una compresa caliente puede ayudar a que el seroma sane más rápido. Puede ayudar a drenar el líquido y posiblemente aliviar el malestar. Aplíquelo durante unos quince minutos cada pocas horas. Tenga cuidado de no aplicar demasiado calor o usarlo durante demasiado tiempo porque puede causar una acumulación adicional de líquido.
- Mantenga el área limpia
Para evitar infecciones, es importante mantener el área afectada lo más limpia posible. Esto mantendrá alejados a los patógenos y bacterias dañinos y permitirá que el seroma se cure correctamente por sí solo. Además, asegúrese de que las almohadillas térmicas o compresas estén completamente limpias. Evite tocar la zona con las manos y asegúrese de que las manos estén limpias si es necesario tocarla.
- Mantén el área elevada
Un médico puede instruir a los pacientes sobre diferentes posiciones que pueden ayudar a que el crecimiento drene correctamente. Si un médico lo aconseja, mantenga el área elevada y siga sus instrucciones.
Después de la cirugía, los pacientes deben limitar la actividad física para permitir que el cuerpo se recupere. Abstenerse de cualquier tipo de actividad pesada que pueda causar estrés en la zona afectada.