Los Técnicos de Hacienda (Gestha) han reclamado a la Agencia Tributaria y a las administraciones tributarias del País Vasco y Navarra un análisis detallado de las causas de la caída de la recaudación del Impuesto de Sociedades en 2020, especialmente focalizado en las grandes empresas.
Gestha realiza esta petición ante el desplome recaudatorio de 8.150 millones en el Impuesto sobre Sociedades en España durante el año 2020, lo que supone un 33,4% menos que un año antes de la pandemia.
Los técnicos han apuntado en un comunicado que esta caída es algo menor que la registrada en 2008, cuando este impuesto se hundió un 37,9%, pero estima que el desplome acumulado desde la anterior crisis inmobiliaria escala ya por encima del 65%.
Les sorprende la profundidad del desplome recaudatorio durante la pandemia, «porque no tiene reflejo con el 10% de la caída del PIB de 2020 ni con la evolución de la recaudación del resto de los impuestos estatales».
En concreto, los impuestos indirectos cayeron un 11,8% en sintonía con la caída de la economía, mientras que, gracias a los ERTE, el IRPF aumentó un 1,1% –impulsado por el comportamiento en el País Vasco–, y a las cotizaciones sociales, un 0,8%, con lo que la recaudación tributaria total cayó un 8,9% hasta los 211.627 millones de euros (20.591 millones menos).
Según apunta Gestha, en términos homogéneos, el impuesto de Sociedades habría caído el 22,6% una vez corregidos los efectos de las devoluciones, los ingresos de sentencias y los abonos de los DTA a algunas empresas, si bien Gestha reconoce que la caída de los ingresos con el criterio de «caja» no refleja bien la evolución de los beneficios.
Sin embargo, los beneficios de las grandes empresas y grupos consolidados cayeron en 2020 un 35,5% (-44% en los grupos), según reflejan los pagos fraccionados, que es la cuantía más importante del impuesto vinculado a los resultados de las empresas en el año, que disminuyeron un 27,1% en 2020.
Esto contrasta, según Gestha, con la disminución del 7,6% de los pagos fraccionados de las pymes debido al fuerte descenso del tercio de las pequeñas empresas que calculan los pagos fraccionados según los beneficios de periodo, así como debido a las medidas en beneficio de las pymes y la reducción en el número de pequeñas sociedades.