Una póliza es un término bastante conocido en el mundo de los seguros, este puede definirse como un contrato de seguro entre un asegurado y la compañía de seguros. A través de este contrato se establecen los términos y las condiciones del acuerdo formado por ambas partes. Así en este contrato se establecen los términos mediante los cuales la compañía aseguradora está obligada a recibir el daño y/o pagar la indemnización que corresponde a comprobarse alguna eventualidad garantizada en dicho contrato.
Contrato de seguro es como también se le puede denominar, ya que este funciona de manera similar a otros documentos de carácter contractual. Es el documento se certifica la validez del contrato de seguro, dentro del cual se especifican cada uno de los beneficios a los que el asegurado tiene derecho una vez que este haya abonado una prima por la cobertura del seguro.
Por otra parte, la póliza establece la cobertura del seguro o las eventualidades que este cubre. Hoy en día se pueden conseguir diferentes tipos de seguros, cada uno adaptado a las necesidades del asegurado, pero todos se caracterizan por el pago de la prima que siempre actuará en cualquiera de las circunstancias como un justificante legal de la existencia del seguro, así como determinará sus funciones y las condiciones de este.
Elementos fundamentales de una póliza
Más allá de la información personal de contratante y de la compañía aseguradora, en el contrato de seguro existen además una serie de conceptos básicos que estarán siempre presentes en la póliza:
- Entidad aseguradora: Es quien asume la cobertura de los riesgos objeto del contrato de seguro, así como la garantía del pago de las indemnizaciones.
- Tomador de seguro: La persona física o jurídica que suscribe el contrato de seguro.
- Asegurado: Es la persona física sobre la cual está estipulado el seguro.
- Beneficiario: La persona física o jurídica que es titular del derecho a la indemnización.
- Póliza: El soporte del contrato.
- Prima: Precio del seguro o la cantidad abonada a la compañía aseguradora según lo establecido en el contrato de la póliza para acceder al derecho de la cobertura que está misma indica.
- Obligación: La compañía aseguradora se encuentra en la obligación de indemnizar al asegurado en caso de que se produzca alguna eventualidad que se contemple en los términos y condiciones de la póliza.
- Interés asegurable: Es la relación que existen entre el bien asegurado y un valor económico. Este puede ser algo material o inmaterial, pues la única condición que existe al respecto es que este bien pueda ser tasado con dinero y que exista antes de la firma del contrato.
- Riesgo asegurable: Es el riesgo que cubre la póliza una vez que se cumplan ciertos requisitos básicos que lo hacen posible, por ejemplo, debe ser algo particular, que pueda ocurrir y que pueda ser cuantificado de manera económica. Por otro lado, este debe ser legal y fortuito, o sea, algo que sea amparado por la ley y que ocurre de manera inesperada sin que exista algún tipo de premeditación.
Tipos de pólizas
Las pólizas pueden ser contratadas para cubrir una amplia variedad de ámbitos, desde la aseguración de un coche, una casa e incluso alguna situación específica referida a un bien material o no material.
- Los seguros de intereses o propiedad: Son aquellos que están destinados a la protección de bienes. Estas pólizas se contratan con la finalidad de poder indemnizar el daño que sufra dicho bien, ante alguna eventualidad particular. Por ejemplo, el robo de un coche o el incendio de una vivienda. También se les conoce como seguros de riesgo
- Los seguros de personas o de vida: Estos están diseñados para la protección y, de alguna forma, poder garantizar la integridad y la seguridad de la vida de la persona que lo ha contratado. En otras palabras, no están centrados en un bien sino es el bienestar de la persona en cuestión. Dentro de este tipo de seguro se incluyen los seguros de salud, de accidentes, de vida, entre otras cosas.
Aunque también suelen haber pólizas especificas, las cuales solo cubren los gastos se ciertos servicios, como lo pueden ser las pólizas de seguro para viajes. Por otra parte, cabe señalar que algunas pólizas de seguro son obligatorias en ciertas circunstancias. El mejor ejemplo suele ser los seguros para vehículos, pues es contra la ley conducir un coche que no tenga contratado un seguro obligatorio o de Responsabilidad Civil Obligatoria (RCO). Así mismo también se pueden mencionar los seguros que están destinados para el aseguramiento de aquellos perros que son considerados como “razas peligrosas”, o las actividades deportivas que son de alto riesgo.
Las pólizas son siempre la mejor forma de mantenerse seguros ante cualquier adversidad que se produzca, por eso es mejor contar con uno y no necesitarlo, que llegar a necesitarlo y no contar con uno que te respalde cuando la situación lo requiera.